Inició la III Conferencia Internacional La obra de Karl Marx y los desafíos del siglo XXI

Fuente: Juventud Rebelde

«Hay que asumir las ideas de Marx como fuente de inspiración y guía, no solo para interpretar el mundo, sino también para transformarlo, como él propuso, y luchando hasta alcanzar el socialismo».

Lo declaró Ricardo Alarcón de Quesada, miembro del Buró Político y presidente del Parlamento cubano, al intervenir en la III Conferencia Internacional La obra de Karl Marx y los desafíos del siglo XXI, que, organizada por el CITMA y otras instituciones, comenzó este miércoles y se extenderá hasta el fin de semana en el Palacio de Convenciones, en Ciudad de La Habana, con 400 delegados de 35 países.

Explicó que toda la retórica acerca de la hegemonía norteamericana se da de cachetes con su empantanamiento en Iraq, las insalvables contradicciones y limitaciones de su economía, el despertar de masas que allá suponían dormidas y la corrupción y el resquebrajamiento moral que socavan su sistema político.

Recalcó que cuando en La Habana reflexionamos sobre la obra de Marx y luchamos por encontrar los senderos hacia un mundo mejor, el congreso norteamericano sigue discutiendo qué hacer con 11 millones de «indocumentados», para seguir explotándolos y cerrándoles el acceso a su sociedad.

«Crece el número de inconformes e insatisfechos que se rebelan (...) El fenómeno migratorio se mantendrá y ganará en masividad en la misma medida en que el capitalismo se expande por el mundo, sin poder detenerlo y sin poder transformarse a sí mismo en otra cosa», expresó.
Dijo que la lucha por los derechos de los inmigrantes, por ejemplo, en un 1ro. de Mayo que nunca antes se había celebrado así en Norteamérica, sitúa en primer plano esa fuerza política que ya no podrá ser ignorada fácilmente.

Comentó que no basta con trabajar por la unidad entre todos los proletarios del mundo, sino que es imprescindible la unión antifascista por la democracia, por la paz y por la vida, tarea esencial para los revolucionarios.

Consideró que la confluencia en un mismo torrente del movimiento contra la guerra, de los que se enfrentan a la globalización y de todos los discriminados y marginados, es otra vía para conquistar un mundo mejor.

«Así se alcanzará el socialismo en este siglo, mediante una creación heroica, auténtica, independiente, diversa e irrepetible», sentenció finalmente Alarcón.

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