Nuestra lucha no se trata de una mera elección estrecha entre opciones electorales dentro del actual régimen, sino de apostar por formas de organización económica y espiritual, cualitativamente superiores a la civilización burguesa, donde se garantiza la emancipación del proletariado y la democracia real. Es la lucha popular por la conquista de la civilización socialista, partiendo del estudio científico de las bases materiales que lo posibilitan y con el objetivo último del comunismo.

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6 de mayo de 2006

La amistad soviética entre los Pueblos y el internacionalismo proletario se han transformado en Rusia en sucio racismo asesino.



Elaboración propia de 'Civilización Socialista':

Recientemente la agencia de noticias burguesa Associated Press (AP) ha reconocido que la URSS “predicaba la tolerancia racial” y ofrecía “generosas becas que han permitido a decenas de miles de jóvenes del Tercer Mundo venir a estudiar a Rusia”. Los exiliados de las diferentes dictaduras fascistas y regímenes reaccionarios (Chile, Paraguay, Zaire, El Salvador, Grecia, Sudáfrica, Namibia, España...) y los luchadores de los países revolucionarios (Nicaragua, Vietnam, Cuba, Angola, Ghana, Cabo Verde, Mongolia, Afganistán, Mozambique, Etiopía, Guinea Bissau, Palestina, Siria, Argelia, Yemen del Sur, ...) eran objeto de especial consideración y afecto por parte de la sociedad soviética.

Gabriel Anicet Kotchofa, originario de Benin, entonces una República Popular africana aliada de la Unión Soviética, llegó en 1.981 al país socialista. Afirma que entonces los extranjeros de piel oscura podían salir sin peligro, tanto de noche como de día con total seguridad. Hoy es profesor del Instituto Gubkin de petróleo y gas y lamenta las opiniones abiertamente xenófobas de los políticos nacionalistas rusos. Hoy Gabriel teme la oleada de crímenes racistas y ataques brutales contra extranjeros que se vive en la Rusia capitalista. Tiene que estar en casa antes de las 9 de la noche, no usa nunca los transportes públicos y no sale en público con su esposa rusa y blanca.
Sólo en el 2005 se han producido 382 agresiones y 31 asesinatos de tipo racista en Rusia. Y en el 2006 según informa la Agencia de Noticias Comunist.ru la violencia contra los extranjeros no hace más que aumentar. Los detalles son espeluznantes: el 10 de enero degollaron en el sur de Moscú a un ciudadano de Armenia. También ese día degollaron a un adolescente de Uzbekistán. El 14 de marzo fué herido el militar venezolano Eduardo José Graterol. El 6 de marzo un anciano cubano de 71 años que trabajaba de cocinero en Moscú fué asesinado de una paliza. En abril 2 ciudadanos tadzhikos fueron brutalmente agredidos en un tren en las afueras de Moscú por una banda de cabezas rapadas que los arrojaron en marcha. Un agredido murió. 15 nacionalistas atacaron una vivienda rural gitana cerca de Volgogrado y asesinaron a golpes a un hombre y una mujer. El 7 de abril asesinaron a tiros en Leningrado al estudiante de Senegal Lamzar Samba. También en abril asesinaron a 2 hermanos gitanos de 26 y 27 años. En la provincia de Voronezsh una banda de escolares apaleó y mató al comerciante vietnamita de 50 años Chan Ngok Bin. Y estos no son más que unos pocos datos que reflejan una realidad mucho más salvaje de crímenes racistas. Ciudadanos mongoles, chinos, latinoamericanos, africanos y de las ex repúblicas asiáticas soviéticas son continuo objeto de acoso y ataque por las bandas de asesinos racistas rusos.

El retorno de Rusia al Socialismo será sin duda la mejor solución para la recuperación de la moral soviética, uno de cuyos pilares era el antifascismo, el antirracismo, el rechazo enérgico de toda discriminación racial y el internacionalismo proletario activo. Los políticos fascistas que emplean la demagogia racista serán debidamente combatidos, derrotados y expulsados de una futura sociedad rusa socialista y democrática.