Nuestra lucha no se trata de una mera elección estrecha entre opciones electorales dentro del actual régimen, sino de apostar por formas de organización económica y espiritual, cualitativamente superiores a la civilización burguesa, donde se garantiza la emancipación del proletariado y la democracia real. Es la lucha popular por la conquista de la civilización socialista, partiendo del estudio científico de las bases materiales que lo posibilitan y con el objetivo último del comunismo.

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7 de marzo de 2006

Contra los trabajadores. Contra la historia soviética. El capitalismo mafioso ruso demuele el Hotel Rossia




Otro símbolo de Moscú desaparece

Comienza la demolición del legendario hotel Rossia, construido en los años 60 para alojar a los delegados que acudían a los congresos del Partido Comunista

(Foto: El Hotel Rossia ocupa un lugar privilegiado a orillas del río Moskova;)


Primero cayó el hotel Intourist, después el Moskvá (Moscú), ahora le ha tocado el turno al mastodóntico Rossia (Rusia), el hotel más grande de Europa con más de 3.000 habitaciones. Moscú se va deshaciendo así, poco a poco, de sus viejas reliquias comunistas. La capital rusa pretende seguir modernizándose, cambiando su fisonomía y haciendo más rentables sus espacios. Hay, no obstante, quien cree que determinados edificios deberían perdurar. «Hay construcciones que pertenecen ya a la historia y están impregnadas del espíritu de épocas gloriosas», opina Zinaída Artiómova refiriéndose al Rossia. Empezó a trabajar en ese hotel como camarera en 1969, dos años después de su apertura, y terminó incorporándose a la administración del medio centenar de cafeterías y restaurantes que tenía el inmueble desperdigados por el millón de metros cuadrados que integran su superficie. Zinaída es uno de los mil doscientos trabajadores que la demolición del Rossia ha dejado en la calle.

Ella sirvió de comer a los delegados de varios congresos del Partido Comunista de la URSS y subió botellas de vodka y caviar a sus habitaciones hasta altas horas de la noche. Después de las maratonianas sesiones del congreso, a los dirigentes comunistas llegados de otras repúblicas y regiones del país les gustaba divertirse. Todo el complejo hotelero incluía, además de los restaurantes, una sala de conciertos, un cine, biblioteca, sauna, billar, numerosas tiendas y varias salas de fiesta.

Hasta 1947 en las trece hectáreas de terreno que ocupa el hotel Rossia se levantaba el Zariadie, uno de los barrios más antiguos de Moscú. Estaba pegado a la Plaza Roja, junto al Kremlin, tenía varias iglesias, antiguas viviendas de comerciantes y la plaza del renombrado Mercado de las Setas. El conjunto incluía numerosos edificios construidos en los siglos XVI y XVII. Todo eso fue destruido por orden de Stalin con la idea de edificar otro rascacielos. Hasta ese momento se habían proyectado ya siete. Sin embargo, con la muerte del dictador, en 1953, cambiaron los planes. El nuevo líder soviético, Nikita Jrushov, quería que los delegados a los congresos del PCUS pudieran llegar al Kremlin andando. Fue él quien ordenó construir el Rossia. En 1967, cuando quedó terminado, era el mayor hotel del mundo. Fue inscrito en el Libro Guinness de los récords. Lo diseñó el arquitecto ruso Dmitri Chechulin, autor de otros muchos proyectos de entonces, entre ellos la llamada Exposición de los Logros de la Economía Soviética (VDNJ) y algunas de las estaciones de metro más suntuosas. Chechulin hizo el Rossia con arreglo al estilo constructivista, de moda en la URSS en los años 60.

(Foto: Vista del Kremlin desde el emblemático hotel soviético)

La edificación de semejante mole de cemento y cristal en el casco antiguo de Moscú levantó muchas críticas, pero pronto se convertiría en el hotel más prestigioso de la capital.

Gran parte de la película 'Miminó', una de las comedias soviéticas de mediados de los años 70, se rodó en el Rossia. Cuenta la historia de un piloto georgiano que viaja a Moscú para intentar ser promovido y poder así volar a ciudades europeas y estadounidenses. Alojado en el emblemático hotel, baja a cenar a uno de sus restaurantes, en donde termina gastándose todo el dinero que llevaba encima en una sola noche de juerga. Desde entonces, se extendió la creencia de que el Rossia era el lugar ideal para divertirse y conquistar mujeres.

Situación del hotel tras la caida de la Unión Soviética

El espectáculo televisivo 'Tras el cristal', equivalente ruso de 'Gran Hermano', se filmó también en el Rossia. Pero el establecimiento ha sido también escenario de sucesos luctuosos.

Desde sus ventanas, asesinos a sueldo dispararon con sus rifles de mira telescópica contra hombres de negocios, diputados e, incluso, periodistas. Uno de los directores del hotel, Evgueni Tsimbalistov, fue abatido a tiros en 1997. Prostitutas que intentaron eludir la red local de proxenetas fueron también eliminadas por la mafia.

La decisión de derruir el Rossia fue adoptada por el alcalde moscovita, Yuri Luzhkov, hace dos años.

El hotel cesó su actividad el pasado mes de enero y los trabajos de demolición, que serán paulatinos y sin empleo de explosivos, comenzaron el mes pasado. En el centro de Moscú ya no habrá una vista como la que se divisaba desde el último piso de la torre del hotel. Las corresponsalías de los canales de televisión más importantes del mundo no tendrán tampoco dónde hacer los directos. Sin embargo, volverá a resurgir el viejo barrio del Zariadie con pequeños hoteles y centros comerciales de no más de cinco plantas.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

los sovieticos eran gente felices de verdad,la gente estaba unida como nunca,sentia que pertenecia al mismo equipo,al equipo de un gran pais.grandes defensores de la justicia y d la igualdad...

3:44 p. m.  

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