Nuestra lucha no se trata de una mera elección estrecha entre opciones electorales dentro del actual régimen, sino de apostar por formas de organización económica y espiritual, cualitativamente superiores a la civilización burguesa, donde se garantiza la emancipación del proletariado y la democracia real. Es la lucha popular por la conquista de la civilización socialista, partiendo del estudio científico de las bases materiales que lo posibilitan y con el objetivo último del comunismo.

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21 de enero de 2006

La historia de China y la construcción de la civilización socialista china, contada por órganos del PCCh



Una opción acorde a las condiciones de China


La milenaria historia de la civilización política de la humanidad ha puesto a prueba en repetidas ocasiones la siguiente premisa: El régimen político y el camino hacia la democracia que un país elige, deben adaptarse a sus propias condiciones nacionales. La política democrática socialista de China está arraigada en la vasta y fértil tierra, de la cual depende la nación china para subsistir y desarrollarse durante milenios, misma que ha fructificado por medio de la práctica aplicada por el PCCh y el pueblo chino en su lucha por la independencia nacional, la liberación del pueblo y la prosperidad del país. Esta opción ha sido asumida según las condiciones nacionales y el progreso social de China.

Los cinco milenios de historia de la civilización china, al igual que las civilizaciones del Antiguo Egipto, la India y Babilonia, transcurrieron en medio de gran esplendor, dejan- do importantes legados al desarrollo y progreso de la huma- nidad. La nación china es laboriosa, valiente e inteligente. Su prolongada historia y sus sólidos modelos culturales son reconocidos universalmente.

Por largo tiempo China permaneció apegada a la estructura de la sociedad feudal, y desde el año 1849 fue víc- tima de consecutivas invasiones bélicas de rapiña, desenca- denadas por las potencias capitalistas de Occidente. La co- rrupción y decadencia de la clase feudal dominante en China en aquel entonces fueron creando las condiciones para que se impusiera de modo gradual una sociedad semicolonial y semifeudal. Por espacio de unos 110 años desde entonces, China quedó reducida a víctima del saqueo de casi todos los países imperialistas, grandes o pequeños. La nación china entró en profunda crisis, mientras que su pueblo quedaba excluido del disfrute de todos los derechos democráticos, por la agresión del imperialismo extranjero y por la opresión del feudalismo nacional. Decididos a cambiar la suerte del país y la nación, los chinos se levantaron y libraron una heroica lucha contra la invasión externa y la opresión interna.
Al desarrollar el movimiento por garantizar la subsis- tencia y salvar a la nación, algunos chinos vanguardistas pusieron su mirada en Occidente, en busca del camino para lograr su cometido. Así iniciaron la revolución democrático- burguesa que, en 1911 y con el Sr. Sun Yat-sen a la cabeza, acabó con la monarquía autocrática que prevaleció en China por más de dos mil años. Después de la revolución de 1911, se trató de fundar una república burguesa, copiando el siste- ma democrático de Occidente, incluidos el parlamentarismo y el multipartidismo, pero no se logró hacer realidad el vehe- mente deseo del pueblo chino de alcanzar la independencia y la democracia. Los intentos de entonces fracasaron ante las agresiones de las fuerzas reaccionarias extranjeras y nacio- nales. Tras la debacle política sufrida se puso en boga el si- guiente lamento: “¡Tantas vidas y tanta sangre perdidas en aras de una república falsa!” El pueblo chino seguía siendo triste víctima de la opresión, la esclavización y la explotación. ¿Qué salida le queda a China? se preguntaban muchos chinos, a la vez que reflexionaban, tanteaban y luchaban en la oscuridad.

Lo penoso y sinuoso del sendero de luchas y pruebas enseñó al pueblo chino que copiar el sistema político capita- lista de Occidente era un camino intransitable, y que con el fin cumplir con la tarea histórica de la subsistencia y salva- ción nacionales y la lucha contra el imperialismo y el feuda- lismo, se debía abrir un nuevo camino para la revolución china, con nuevas teorías e ideologías, y establecer un sistema político completamente nuevo. La pesada carga de dirigir al pueblo chino en la búsqueda de este camino y establecer un nuevo sistema recayó históricamente sobre los hombros del PCCh. En 1921, un grupo de intelectuales vanguardistas chinos, que habían asimilado las ideas democráticas y científicas, combi- naron el marxismo con el movimiento obrero de China y fundaron el PCCh. Desde entonces, bajo la dirección del PCCh, la revolución china emprendió la etapa de desarrollo de la nueva democracia, de luchar contra el imperialismo, el feudalismo y la burguesía burocrática. Después de 28 años de lucha ardua y tenaz, se obtuvieron la independencia nacional y la liberación del pueblo.

Como vanguardia de la clase obrera, del pueblo y de la nación chinos, el PCCh adoptó desde su formación como tarea propia la materialización y el desarrollo de la democracia popular. La revolución del pueblo chino dirigido por el PCCh tiene como objetivo alcanzar la democracia para la mayoría y no para la minoría del pueblo. El PCCh combinó, de manera creativa, la verdad universal del marxismo con la realidad concreta de la revolución china, formuló sucesivamente las concepciones democráticas de la “democracia obrero-campe- sina”, la “democracia popular” y la “nueva democracia”, enriqueciendo y desarrollando de manera constante la teoría política sobre la democracia marxista. Adoptó diferentes formas organizativas, tales como el congreso de los obreros huelguistas, la asociación de los campesinos, el Soviet de los representantes de los obreros, campesinos y soldados, la asamblea, y el congreso de los delegados populares de dife- rentes círculos sociales. Estas formas de política democrática estaban adaptadas a las condiciones nacionales de China y garantizaban el derecho del pueblo a ser dueño del país. Ellas contrastaban de manera viva con el sistema dominante del Guomindang, reflejaban la voluntad del pueblo y eran objeto de su amplio apoyo.

La I sesión plenaria de la Conferencia Nacional Consul- tiva del Pueblo Chino (CCPPCh), convocada en septiembre de 1949, en vísperas de la fundación de la nueva China, fue una importante sesión, en la cual el PCCh, los partidos demo- cráticos, los grupos populares y las personalidades democrá- ticas sin partido discutieron, conforme a los principios democráticos, la fundación de la nueva China, definieron el régimen estatal y las formas organizativas de poder político de la nueva China. El Programa Conjunto de la CCPPCh, con carácter de Constitución provisional y aprobado en dicha sesión, establece en términos inequívocos: “La República Popular China es un Estado de nueva democracia, o sea de democracia popular, que practica la dictadura democrática popular dirigida por la clase obrera y basada en la alianza obrero-campesina, que une a todas las clases democráticas y a todos los grupos étnicos nacionales...”; “El Poder estatal de la República Popular China pertenece al pueblo, y los órga- nos por los cuales el pueblo ejerce el Poder estatal son las asambleas y los gobiernos populares a distintas instancias.” El primero de octubre de 1949, se proclamó la República Popular China, lo que marcó una gran victoria del pueblo chino en la revolución de nueva democracia dirigida por el PCCh, e imprimió cambios radicales a las condiciones políti- cas del pueblo chino. Desde entonces, el pueblo se convirtió en verdadero dueño del país, la sociedad y su propio destino. Gracias a la fundación de la nueva China, se llevó a cabo el gran salto de la política autocrática feudalista de más de dos milenios y las fracasadas experiencias de copiar modelos po- líticos occidentales, a la nueva política de democracia popular.

Poco después de la fundación de la nueva China, en 1953, se realizó la primera elección general masiva en la his- toria china. El pueblo ejerció su derecho al sufragio eligiendo a sus delegados. Se convocaron asambleas populares a todas las instancias. En septiembre de 1954, se celebró la primera sesión de la I Asamblea Popular Nacional (APN), lo que indicó el establecimiento oficial del sistema de asambleas populares en todo el país. La Constitución de la República Popular China, discutida ampliamente por el pueblo de todo el país antes de la sesión y aprobada por ella, definió el sistema estatal de dictadura democrática popular, dirigida por la clase obrera y basada en la alianza obrero-campesina, y el sistema de asambleas populares como sistemas políticos fundamentales de la República Popular China. A este tenor estipuló lo siguiente: Todo el Poder de la Republica Popular China pertenece al pueblo; los órganos por los cuales el pueblo ejerce el Poder son la APN y las asambleas populares locales a distintas instancias. Se practica el centralismo de- mocrático sin excepción en la APN, las asambleas populares locales a distintas instancias y los otros órganos estatales.

El sistema de asambleas populares y la Constitución de la República Popular China proporcionan al pueblo chino una segura garantía institucional y un fundamento consti- tucional para ejercer sus derechos sobre los destinos del país. En 1956, en la mayoría de las regiones chinas, se concluyó el proceso de transformación socialista de la propiedad privada de los medios de producción, se completó la transición de la nueva democracia al socialismo y se instituyó el sistema fundamental del socialismo, haciendo realidad la más amplia y profunda reforma social en la historia china. El desarrollo de la política democrática de la nueva China, sin embargo, se desvió en algunas ocasiones en su exploración, especial- mente por el serio error de la “Gran Revolución Cultural” (1966-1976), y sufrió severos reveses que dejaron dolorosas lecciones.
Desde finales de la década de 1970, cuando se puso en práctica la reforma y la apertura, el PCCh sintetizó las experiencias positivas y negativas de la historia y orientó al pueblo chino a la nueva etapa de desarrollo de la política democrática socialista de China. Sin democracia no habría socialismo, y sin el socialismo no habría modernización socialista; hay que reforzar el sistema legal socialista, sistematizar y legislar la democracia; gobernar el país según la ley y construir un país socialista de sistema legal; desarrollar la política democrática socialista y la civilización política socialista; persistir en la unificación orgánica de la dirección del PCCh, la ejecución del poder del pueblo sobre los destinos del país y la administración del país según la ley; colocar al pueblo en primer plano, gobernar por el pueblo y edificar una sociedad armoniosa socialista. Esta es la brújula que hoy orienta la conciencia y el rumbo del PCCh y las diversas etnias del país en sus afanes por perfeccionar y desarrollar la política democrática socialista.

En los últimos 20 tantos años, el desarrollo de la política democrática socialista de China conoció importantes avances. Se fortalecen y desarrollan sin cesar el sistema de asambleas populares, el sistema de cooperación multipartidista y de consulta política dirigido por el PCCh y el sistema de autono- mía regional de las minorías étnicas, a la vez que se amplía de continuo la democracia de base en las zonas urbanas y rurales y se respetan y garantizan los derechos fundamentales de los ciudadanos, se elevan en gran medida la capacidad de gobierno democrático del PCCh, se fortalece la capacidad de administración democrática del gobierno, progresa sin cesar el desarrollo del sistema judicial democrático y se logran resultados positivos y evidentes en la reforma del sistema dirigente del Estado, el sistema legislativo, el sistema administrativo, el sistema judicial, el sistema de decisión estratégica, el sistema de personal, sistema de supervisión y control. Con el fin de gobernar según la ley y construir un país socialista de sistema legal, se han intensificado la institucionalización, la estandarización, y la normalización de la democracia socialista. Se ha configurado de manera preliminar el sistema legal socialista con peculiaridades chinas basado en la Constitución. Se cuenta ahora con la regulación de la ley en las importantes áreas de la vida política, económica, cultural y social del Estado.

El capital no manipula a la democracia china

Para desarrollar la política democrática socialista de China, se persevera en integrar las teorías marxistas sobre la democracia con las circunstancias concretas chinas; se toma como referencia el legado de diversas civilizaciones, incluida la democracia occidental; se asimilan elementos democrá- ticos de la cultura tradicional y la civilización de China sobre los sistemas sociales. Por lo tanto, la política democrática socialista de China dispone de evidentes peculiaridades:

—La democracia china es la democracia popular bajo la dirección del PCCh. Sin el PCCh, no habría nueva China, ni democracia popular. Este es un hecho objetivo demostrado por la historia. Bajo la dirección del PCCh, el pueblo chino consiguió sus derechos a manejar los asuntos del país libran- do una ardua y tenaz lucha. El sistema de política democrá- tica de China es resultado de la labor del pueblo, se desa- rrolla y perfecciona bajo la dirección del PCCh, la cual constituye una garantía fundamental para los derechos de dueño del pueblo.

—La democracia china consiste en que las más amplias masas populares participan en la administración de los asuntos estatales. La intervención popular en la toma de decisiones es la esencia de la democracia socialista de China. En China, la economía de propiedad pública es la base económica del sistema socialista. En la etapa inicial del socialismo, el Estado insiste en que el sistema económico básico tiene su cuerpo principal en la propiedad pública, a la vez que acepta formas varias de propiedad económica y persiste en el sistema de distribución sustentado en el princi- pio de “a cada cual según su trabajo,” y en la coexistencia de diferentes formas de distribución. Gracias a ello, el capital no manipula a la democracia china, y no hay un grupo minori- tario que disponga de dicha democracia, que responde a las necesidades de las más amplias masas populares. En China, el pueblo con derechos democráticos comprende a todas las personas que por ley gozan de todos sus derechos políticos.

—La democracia china es la democracia garantizada por la dictadura democrática popular. La dictadura democrá- tica popular, por una parte, exige ejercer la más amplia democracia en el seno del pueblo, respetar y garantizar los derechos humanos, garantizar que el Poder estatal esté en manos del pueblo y le sirva. Por la otra, exige castigar mediante recursos dictatoriales, según la ley, las actividades criminales, tales como el sabotaje del régimen socialista, el perjuicio de la seguridad estatal y social, la violación de los derechos personales y democráticos de los ciudadanos, la malversación de fondos públicos, el soborno y el prevaricato, con el fin de garantizar los intereses fundamentales de las más amplias masas populares.

—La democracia china es la democracia que sustenta el centralismo democrático como principio organizativo y forma de operación fundamentales. El centralismo democrático es el principio organizativo y directivo fundamental del Poder estatal de China. El centralismo democrático exige desplegar a plenitud la democracia y discutir los asuntos en la colec- tividad, de modo que la voluntad y exigencias del pueblo sean plenamente exteriorizadas y reflejadas. Sobre esta base se concentran las ideas correctas y se toman decisiones en la colectividad, garantizando la materialización y satisfacción de la voluntad y las exigencias el pueblo. El centralismo democrático exige, además, “respetar a la mayoría y proteger a la minoría,” combatir la “gran democracia” de la anarquía y oponerse al criterio de imponer la voluntad personal a la colectividad.

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