Veintitrés escalones más abajo
Pravda
Traducido del ruso por Josafat S. Comín
En la historia no hay nada ni nadie, salvo las personas, que al actuar entren inevitablemente en relación unas con otras. La gente es el principal recurso de cualquier desarrollo social. Es maravilloso disponer de unas riquezas naturales únicas, pero sólo con el trabajo de la gente se convertirán en riquezas sociales. Es el ABC del marxismo. Y cuando se comienza a hablar sobre valoraciones de los recursos del país, la población es lo que habríamos de tener en cuenta en primer lugar.
La gente astuta y malintencionada que trabaja actualmente en este campo de la historia, ha creado una gran cantidad de mitos y leyendas, que en ocasiones degeneran en auténticas patrañas.
Los detractores profesionales del socialismo y del sistema soviético, son los que más empeño ponen.
Es como si hubiesen organizado una competición entre si, para ver quién de ellos, del modo más indecente e imperdonable, se atreve a inventar un mayor número de “víctimas del Poder Soviético” en los años 30. 60 millones de personas…80 millones…100 millones…se sobreentiende que refiere a población adulta, ante todo hombres. Parece que ni se les pasa por la cabeza, que todas esas fábulas las podría rebatir cualquier chiquillo de 5º de primaria.
La población de la URSS en el año en que se creó el estado unificado ascendía a 136,1 millones de personas. De los cuales, a finales de 1922, 63 millones eran hombres. ¿Qué nos queda si restásemos aunque fuese esos 60 millones de míticas víctimas? ¿Quién luchó entonces en la Gran Guerra Patria? ¿De dónde salieron entonces en una sola República Socialista Federativa Soviética Rusa, 51 millones de hombres en 1939? En total en toda la Unión Soviética había en aquel momento cerca de 93 millones.
Tomemos una comparación más, que siempre rehúsan hacer los antisoviéticos. Me refiero a los tiempos de crecimiento en la RSFSR y en los Estados Unidos de Norteamérica (que era el nombre oficial hasta la Segunda guerra mundial de los actuales EE UU). ¿Por qué de la Federación Rusa y no de toda la Unión Soviética? Porque en los años 30, el territorio de la RSFSR no sufrió variaciones, mientras que en la URSS entraron cuatro nuevas repúblicas –Moldavia, Letonia, Lituania, Estonia,- así como Ucrania occidental y Bielorrusia occidental. En los 13 años, que pasaron entre los censos de población de los años 1926 y 1939, el número de habitantes de la RSFSR creció en un 13,5%. Por cierto, que esto no son datos de la Dirección Central de Estadística de la URSS, cuyas cifras tanto gustan poner en duda los defensores del capitalismo, sino datos que han sido escrupulosamente verificados por los estudiosos del actual Instituto de Investigaciones Científicas de Estadística, dependiente de la Agencia de Estadística de la Federación Rusa (Rosstat).
La población de los EE UU de Norteamérica, que continuaba ascendiendo gracias a los flujos migratorios de Europa y otras partes del mundo, en la década entre 1930 y 1940, creció en un 8%. Son datos muy elocuentes.
Pero volvamos a Rusia. En los años 30 la población aumentó en 13 millones de personas. Comparemos estos datos con el crecimiento poblacional en la Rusia zarista en una época bastante próspera, comparada con la actual, como fue la primera década del s.XX. Durante el periodo comprendido entre 1901 y 1910, la población de Rusia creció en 13,37 millones de personas.
Volvamos al detallado estudio del director del IEC de estadística de la Agencia de Estadística de la Federación Rusa, el profesor Vasili Simchera: “Desarrollo de la Economía en Rusia durante 100 años. Sucesión histórica” (editorial Nauka. 2006). En este trabajo se analiza minuciosamente la dinámica de la cantidad de población durante el s.XX. Son especialmente interesantes los datos sobre el crecimiento anual de la población. Veamos cuales fueron las variaciones que se dieron en el periodo entre la Guerra Civil y la Gran Guerra Patria.
Las consecuencias demográficas de la guerra civil fueron muy perceptibles, incluso en 1923, cuando el crecimiento aún era negativo en un 0,2%. Por el contrario, en los 3 años siguientes, comenzando desde el 24 a 1926 ambos inclusive, se dio un crecimiento record, que alcanzó el 1,9% anual. Después, en los 11 años siguientes, se observó un crecimiento estable de la población.
En la RSFSR, crecía a razón de un 1,1% (algo más de un millón anual). Y de repente, observamos otro repunte. De nuevo, y en el transcurso de tres años, se da un notable crecimiento demográfico, cifrado en un 1,6% anual (1,7 millones al año). Pero presten atención a los años de que estamos hablado: 1938, 1939, 1940.
No, no tengo la menor intención de desmentir, con todo el conjunto de datos estadísticos fiables comprobados y revisados en múltiples ocasiones en el Instituto de investigaciones Científicas de la Agencia de Estadística de la Federación Rusa, el que hubiese represión en la segunda mitad de los años 30. Y por desgracia tuvieron un carácter masivo. Pero rechazo categóricamente la acusación que se hace contra el Partido Comunista Bolchevique y el Poder Soviético, de que se llevase a cabo un genocidio contra su propio pueblo. El mito sobre ese supuesto genocidio es falso de principio a fin. Acusar de ello al Partido Comunista y al Estado Soviético, es una calumnia maligna, como lo demuestra la imparcial estadística.
DURANTE EL s.XX. LA POBLACIÓN DE RUSIA creció en 76,1 millones de personas. Es decir en más de dos veces. Los científicos han calculado, que la población del país hubiera podido multiplicarse por cuatro en relación con 1900. Pero hubo, sobre todo, 3 “fosos demográficos” que lo impidieron.
El primero de ellos está relacionado con la Primera Guerra Mundial y la Guerra Civil. Durante esos años la población se vio reducida en 3,2 millones de personas. El Poder Soviético pudo restituir las pérdidas de las dos guerras en apenas dos años, y ya para 1925 fue superado el pico del periodo prebélico, en cuanto a población se refiere. En total, en los años de la construcción socialista, previos a la 2ª Guerra Mundial, la población de la RSFSR aumentó en 20 millones.
La segunda fosa demográfica profunda, fue “excavada” durante la Gran Guerra Patria. Además hay que tener en cuenta que la guerra seguía causando nuevas víctimas hasta el año 1950, incluido. El número total de población, que no dejaba de descender durante la década de 1941 a 1950, se estima en 8,6 millones. De ellos, a 2,6 millones la muerte los alcanzó con su huesuda mano, en los cinco años que siguieron a la Gran victoria. Recuperar la población a niveles previos a la contienda sólo se pudo en 1955.
La tercera fosa demográfica es posiblemente la más trágica, ya que resulta imposible encontrar justificación. Fue excavada en años de paz. En ese periodo, de acuerdo con las valoraciones comúnmente aceptadas, ya no se llevaba contra nosotros ninguna “guerra fría”. La restauración del capitalismo “fusila” implacablemente a casi un millón de personas al año. Y así lleva haciéndolo 16 años.
Hoy quedan en la Federación Rusa los mismos habitantes que había en 1984 en la RSFSR. En cuanto a niveles de población, hemos vuelto a cifras anteriores al inicio de la Perestroika. ¿Acaso no es esto simbólico? Y amargo, no en menor medida.
23 años borrados del curso demográfico natural de la historia de Rusia. 23 escalones más abajo. ¿Acaso no es suficiente? Es lo mismo que duró el reinado del zar Nicolás II “el Sangriento”, y que trajo como consecuencia la Gran Revolución Socialista de Octubre.
LA PROPAGANDA DE LA RESTAURACIÓN CAPITALISTA se esfuerza en justificar la agonía del país atribuyéndolo al eco demográfico de la guerra. Es cierto que la invasión del fascismo a la Unión Soviética genera ese eco. Pero atribuirle a él el actual genocidio (un genocidio auténtico, no inventado por astutos y mañosos políticos manipuladores) es imposible.
La primera ola del eco demográfico de la Gran Guerra Patria llegó hasta nosotros en la segunda mitad de los años 60, tras dos décadas, desde la Victoria. Entre 1968 y 1971 el crecimiento de la población cayó casi a la mitad y se quedó en el 0,5% anual. Los cuatro años siguientes, ese indicador no pudo pasar del 0,6%. Luego la curva de crecimiento fue nuevamente hacia arriba y se acerco al 1%.
La segunda ola siempre es más débil, menos perceptible. Pero no se puede ignorar. Es cierto, que medio siglo después del comienzo de la Gran Guerra, es decir en los años 1990-1991, el crecimiento de la población en comparación con los años anteriores, se vio reducido a la mitad, bajando hasta un 0,4% anual.
Pero posteriormente comenzó la extinción. Desde 1994 la cifra total de población del país se ha reducido en 6,7 millones de personas. Las perdidas reales fueron 1,5 veces más, ya que hay que tener en cuenta, que en esos años llegaron a la Federación Rusa más de 3,5 millones de personas, provenientes de los “nuevos estados”.
Por consiguiente, la restauración capitalista ha “fusilado” a no menos de 10 millones de rusos. Eso es más, que las perdidas de población que sufrió Rusia entre 1941 y 1950.
SE DEDUCE, QUE EL CAPITALISMO, IMPUESTO AL PAÍS POR LA FUERZA , no es menos inhumano que el fascismo hitleriano. Se está destruyendo sin compasión el principal recurso del país. En consecuencia, para la salvación de Rusia, ese capitalismo inhumano debe ser vencido de una manera tan decidida e implacable, como nuestros padres y abuelos acabaron con el odiado enemigo, ofreciendo al planeta una Gran Victoria.
En esta lucha actual –la guerra es la guerra-, la selección de los medios viene definida por las circunstancias. Una papeleta electoral, si sabemos utilizarla de modo razonable, puede convertirse en leyenda, al igual que las “katiushas”. Siempre y cuando, claro está, que la potencia de fuego de la papeleta sea respaldada por la ofensiva de todo el pueblo trabajador.
Original publicado en la edición 118 del Pravda con fecha 25 de octubre de 2007
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