En EEUU hubo una terrible hambruna que sesgó la vida de 8,5 millones de obreros y campesinos
Por A. Mariño
Miércoles 24 de diciembre de 2008
Recientemente se ha generado controversia en la famosa enciclopedia online "Wikipedia" debido a la censura por parte de sus gestores del artículo que habla de la gran hambruna generada durante la gran depresión norteamericana.
Según investigaciones de Boris Borisov en su conocido trabajo “The american Famine” más de 8 millones de personas fallecerían entre 1932 y 1940 por causas directas generadas por la gran depresión capitalista, así como más de 5 millones de personas asentadas en el campo serían desplazadas de sus hogares al no poder hacer frente a la soga que el capital financiero puso sobre su cuello.
Lo que para los historiadores capitalistas fue una "colectivización forzosa" del campo en la URSS parece que pasa desapercibido cuando sucede en tierras norteamericanas omitiendo vilmente el exterminio sistemático del pequeño agricultor para mayor gloria de los terratenientes aliados de la burguesía.
La investigación de Borisov está basada en los propios documentos de la “US Census Bureau”, por lo que las cifras podrían ser muchísimo más elevadas, ya que en los EEUU nunca ha existido un censo fiable y completo ni siquiera hoy en día, que decir en los años 30 donde la mayoría de los trabajadores no existían en ninguna base de datos de la seguridad social, de las autoridades viales ni mucho menos en los censos electorales, los cuales hoy en día siguen siendo casi inaccesibles para las clases populares norteamericanas.
Exactamente al mismo tiempo que los terratenientes (Kulaks) en la Unión Soviética boicoteaban la producción y distribución alimentaria para enriquecerse, en los EEUU los grandes terratenientes quemaron más de 10 millones de hectáreas cosechadas y aniquilaron más de 6,5millones de cabezas de ganado para subir artificialmente los precios y enriquecerse sin importarles que millones de trabajadores y pequeños agricultores dependieran de ese alimento.
Como podemos ver, terratenientes y burgueses actúan de la misma manera ya sea en los EEUU o en la URSS, la diferencia fundamental es que las autoridades soviéticas persiguieron esas prácticas y eliminaron a los grandes terratenientes para beneficio de la mayoría de la población, mientras en EEUU se enriquecieron más y más apoderándose de las tierras de los pequeños agricultores.
La solución aportada por el gobierno norteamericano, el conocido “new deal”, el cual fomentaba la obra pública independientemente de su necesidad, fue criticado hasta por los teóricos burgueses, ya que se iniciaron obras en condiciones paupérrimas, muchas veces sin mucha utilidad para la sociedad. Las condiciones de trabajo en pantanos y otras zonas de alto riesgo se llevaron la vida de millares de trabajadores los cuales cobraban 30$ al mes, pagando 25$ de impuestos, es decir lo justo para poder alimentarse y enfrentarse a otro día de trabajo infernal y asesino.
En un contexto de semejante injusticia social no fueron pocas las revueltas populares. El capitalismo norteamericano generó campos de concentración donde “mantenía” como si de refugiados de un conflicto bélico se tratasen a más de 2 millones de jóvenes trabajadores sin empleo. En esos mismos campos de concentración encerrarían posteriormente a los asiático-americanos durante la guerra contra Japón. Sus prisioneros serían objeto de todo tipo de terribles sufrimientos, así como de criminales pruebas médico-farmacéuticas enriqueciendo más y más a los de siempre. La salida de la crisis ya la conocemos todos, 50 años de guerra e imperialismo permanente, 50 años de opresión de clase y nación, 50 años de explotación y hambre para el mundo.
Es evidentemente que la burguesía tiene mucho interés en acallar estos sucesos y muchos otros, sin embargo estos días vemos como los EEUU de la mano del lacayo y fascista gobierno de Ucrania tratan de pedir a la ONU que la llamada “hambruna ucraniana” sea reconocida oficialmente como genocidio planificado y elaborado por el gobierno soviético –Stalin a la cabeza, por supuesto-. Este mismo gobierno es el que ha premiado y galardonado a los colaboracionistas nazis ucranianos, así como censura a los familiares de las víctimas de los nazis, ningunea a los gloriosos combatientes que hicieron frente al nazismo y criminaliza al ejército rojo.
No es de extrañar que los primeros en hablar sobre el “genocidio en Ucrania” fueran los mismísimos nazis, de la mano de su infame Ministro de Propaganda Josef Goebbels, como una de sus viles tretas para difamar al socialismo y a los dirigentes de la URSS. La censura y la caza de brujas llega hasta tal punto que se persigue a reconocidos historiadores con prestigio internacional como la conocida Anne Lacroix-Ritz, docente de historia contemporánea en la Universidad Paris VII, amenazada por publicar diversos estudios sobre el tema negando las tesis fascistas.
Al igual que hablar del exterminio Nazi se omiten los millones de comunistas, socialistas, anarquistas y feministas asesinadas por razones políticas, –junto a los homosexuales, discapacitados y minorías étnicas por supuestas razones genéticas- cuando se habla de propaganda Nazi sólo se habla de la relativa al pueblo judío y sus supuestos complots internacionales, mientras que se omite toda la campaña de desprestigio, difamación y criminalización hacia los comunistas y socialistas. La foto que resume este cuadro es la de Enrich Honecker y otros prestigiosos dirigentes socialistas europeos, encerrados en prisión con la restauración del capitalismo en las mismas celdas donde una vez los encerraron los nazis y sus aliados europeos. Burgueses, fascistas y revisionistas se han servido durante decenios de la misma propaganda para destruir todo tipo de lucha organizada por la defensa de los intereses de los trabajadores. Por eso los comunistas nunca les hemos tenido miedo, porque consideramos que la verdad es revolucionaria, porque de la historia aprendemos valiosas lecciones y porque empuñamos la razón materialista como la más poderosa de las armas frente a los embustes y espejismos de los explotadores y su inmensa maquinaria propagandística.
Ni su censura, ni sus prisiones, ni sus asesinatos podrán instaurar jamás una paz entre clases antagónicas. A ellos sólo les queda la salida de la represión y nuestro deber es responder desde todos los frentes unidos como un puño hasta la victoria final.
Notas:
· Sobre la censura del artículo en wikipedia
· Sobre la hambruna en ucrania
Etiquetas: Miscelaneo
2 Comments:
Muy buen artículo.
Saludos de un lector diario de este gran blog.
tanbien hay un interesante libro que habla de otra hambruna tambien terrible provocada por la expansión capitalista, y sin duda un libro inigualable en este tema es "las venas abiertas de america latina".
"Los Holocaustos del fin de la era Victoriana: Las hambrunas de El Niño y la formación del Tercer Mundo" (Cuyo título original en inglés es Late Victorian Holocausts: El Niño Famines and the Making of the Third World) es un libro de Mike Davis que trata de la relación entre los patrones climáticos mundiales y la economía política, particularmente el fenómeno meteorológico llamado El Niño. El libro habla de las consecuencias del colonialismo y la introducción del capitalismo durante las hambrunas relacionadas con El Niño de los años 1876-1879, 1896-1897, y 1899-1902, en India, China, Brasil, Etiopía, Corea, Vietnam, las Filipinas y la isla de Nueva Caledonia. Enfatiza cómo el colonialismo y el capitalismo en la India Británica y en todas partes, incrementaron la pobreza del campesinado y el hambre y de cómo las políticas económicas exacerbaron la hambruna.
Luego del prefacio y un glosario, el libro está dividido en cuatro secciones, 'La Gran Sequía, 1876-1878', 'El Niño y el Nuevo Imperialismo, 1888-1902', 'Descifrando al Niño', y 'La Ecología Política de la Hambruna'.
Alrededor de 30 y 60 millones de personas murieron en las hambrunas mundiales causadas por la desidia y la teoría económica de Malthus que propugnaban los gobiernos coloniales, quienes se negaron a trasladar alimentos desde las regiones más prósperas a las regiones con carencias. Antes del mandato colonial, los gobiernos locales que había tenido la India implementaron una política de transferir los alimentos de las áreas abundantes a las áreas carenciadas, como una consecuencia del clima monzónico de la región. De manera que la conclusión del libro es que las hambrunas no fueron culpa de la naturaleza, sino de los factores sociales y económicos relacionados con la expansión Imperialista europea y la imposición del Capitalismo Liberal en todo el mundo a fines del siglo XIX.
La Gran Sequía, 1876-1878
En éste capítulo, Davis relata la severidad y las consecuencias de las hambrunas en India, China, Brasil, y algunas otras naciones colonizadas, durante las hambrunas relacionadas con El Niño de 1876-1879.
Aquí, Mike Davis nos muestra la crudeza de la Gran Hambruna de 1876-78, que mató entre 6.1 y 10.3 millones de personas debido principalmente al fundamentalismo negligente del virrey Lytton. Ciertamente, hombres como los virreyes Lytton y Curzon nos demuestran que el dogmatismo político y el fanatismo ideológico pueden darse en todos los sistemas político-económicos y que la fe ciega de Lytton en el capitalismo llevó a la India a una de las peores hambrunas en la historia.
El Niño y el Nuevo Imperialismo, 1888-1902
En éste capítulo, Mike Davis habla más acerca de la terrible hambruna de 1896-1902, en la cual, según la revista de medicina The Lancet alrededor de 19 millones de personas murieron principalmente gracias a la políticas británicas y a la ideología colonialista y racista del virrey Curzon, quien incluso estableció la censura política, cerró el Parlamento colonial y permitió políticas Lyttonianas cuando tuvo que enfrentarse a esta devastadora hambruna y con críticas a su mandato. De hecho, éste tipo de actitud nos demostraría que el Gobierno Colonial de la India era tan despótico como cualquier régimen totalitario del siglo XX. Las causas de estas inmensas hambrunas se explican con más profundidad en el capítulo "Ecología Política de la Hambruna".
La Ecología Política de la Hambruna
Aquí se explican los verdaderos orígenes del llamado Tercer Mundo. Davis afirma que el clima extremo jugó cierto papel, pero la causa principal fue la apropiación y la integración colonial o neocolonial de regiones como Brasil, China, e India en el “Mercado mundial” y la División Internacional del Trabajo, lo cual expuso a los trabajadores pobres y a los nativos a hambrunas y enfermedades a una escala impensable décadas atrás. La conclusión es que las hambrunas no se debieron a la inestabilidad del tiempo ya que en el siglo XVIII, por ejemplo, tanto en China como en India se produjeron fenómenos del Niño con la misma intensidad de los que se producirían a finales del siglo XIX, pero en el siglo XVIII no se produjeron hambrunas ni epidemias. Así, la verdadera causa de las Grandes Hambrunas Victorianas, las cuales mataron a tanta gente como la Segunda Guerra Mundial, sólo se halla en las transformaciones del modo de producción en los Imperios Coloniales europeos, y están estrechamente asociadas a la aplicación dogmática de las ideas de Adam Smith, Bentham y Mill por los administradores coloniales de los países Europeos.
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