Los camaradas argentino del PL ponen los puntos sobre las íes

En esta situación política, hay que ir a más

La muerte de Néstor Kirchner, el dolor popular y la interrogación sobre lo que viene ha significado un hecho político, al margen de que lo hayan agrandado los medios de comunicación. El PL, izquierda revolucionaria vinculada al pueblo, fue sensible, respetuoso y captó esa realidad el mismo 27 de octubre, cuando envió su pésame a Cristina Fernández, su familia y la militancia K. Estuvo con sus militantes y banderas en el velorio, en la Plaza de Mayo y otras plazas del país junto a los compañeros kirchneristas.
La conmoción fue tan grande que hasta la oligarquía derramó algunas lágrimas de cocodrilo. Nadie puede creer que Macri, De Narváez, Solá, Duhalde, Sanz, Bullrich y otros caretas del “Grupo A” hayan lamentado la desaparición de Kirchner, al que calumniaron hasta la mañana de su muerte súbita. Pusieron caras de compungidos para la foto. Lo hicieron para la tribuna, como Pino Solanas, que antes descalificaba a Kirchner diciendo que era peor que Menem y de golpe lo descubrió como un “gran presidente”.

Lágrimas de cocodrilo
La verdadera postura de la oligarquía no es esa sino la firmada por Morales Solá, Grondona y Rosendo Fraga en “La Nación”, y Van der Kooy y Blank en Clarín. Para estas plumas del gorilismo, Kirchner fue un enfermo de poder que alimentó “una marea del odio y el rencor”.
Esa caracterización de las clases dominantes es tomada por el PL para ponerse en la vereda opuesta, como en la batalla de la 125 y la ley de medios. Si los enemigos del pueblo y la nación están de un lado, la izquierda revolucionaria que quiere representar a los trabajadores y demás sectores populares debe estar en otra trinchera. Con la derecha, ni a la esquina…
El británico The Guardian publicó una columna de Mark Weisbrot titulada “Néstor Kirchner: un héroe de la Independencia Argentina”, que lo compara con Franklin Delano Roosevelt. Y el ALBA en un comunicado fechado en Caracas lo identifica como “hijo honroso del Libertador José de San Martí”. Para el PL eso es exagerado y subjetivo: Kirchner fue un presidente democrático, que adoptó medidas progresistas en derechos humanos y en lo social, que tuvo algunos choques con el imperio (ALCA, en Mar del Plata) pero en otros momentos mantuvo la unidad (dos leyes antiterroristas, participación en la Minustah en Haití, continuidad del grueso de las privatizadas, caso Irán, etc).
Luego de su duelo, ¿qué rumbo tomará el gobierno de Cristina?
En principio seguirá el camino actual, lo que se corresponde con su naturaleza de clase y con los resultados que ella juzga como muy buenos. Las últimas encuestas remarcan su crecimiento en imagen positiva e intención de voto. Entonces, ¿para qué cambiar?, se pregunta la presidenta.
En los actos en Renault, Peugeot y Bagó ella compartió tribunas con patronales monopolistas y también con su personal, llamó a participar a las corrientes kirchneristas y a la derecha peronista (Scioli, De la Sota). Y reveló un dato clave: que el Estado había “ayudado” con 500 millones de pesos a la industria automotriz para que no despidiera personal.
Así de convencida está Cristina de que hay que congeniar a los monopolios con los trabajadores, impulsar un Consejo Económico y Social con la UIA y la CGT, mantener su alianza básica con la CGT de Moyano y el PJ de Scioli, etc. El anclaje internacional de ese modelo es el Mercosur y Unasur, pero también el “G-20” dominado por las potencias imperialistas del “G-8”.

IR POR MÁS
El PL no tiene ni la menor intención en jugar en las internas del Frente para la Victoria y el Partido Justicialista. No es su rol opinar si en el PJ deben seguir Scioli y Moyano, o si tendría que presidirlo Cristina. Es su problema. La izquierda revolucionaria tiene los suyos.
El PL le propone sobre todo a ese pueblo y pero también al mismo gobierno de Cristina: HAY QUE IR A MÁS. Esto significa:
Hacer aprobar este año el proyecto de ley de Recalde para que las empresas grandes distribuyan parte de sus ganancias.
Reimplantar los aportes patronales sobre esas grandes empresas y gravar otras rentas financieras, mineras y la exportación, para pagar el 82 por ciento a los jubilados que ganan la mínima.
Impulsar ya el proyecto Heller, para que la “Patria Financiera” deje de hacer usura, en camino a la estatización de la banca.
Que los subsidios del “Repro” vayan a fábricas recuperadas, Pymes y empresas nacionales, no a las automotrices, Techint, Roggio, Motorota, etc.
Depurar la justicia, incluso la Corte Suprema en el caso de Fayt, para que la ley de medios se implemente de inmediato.
Luchar por el juicio y castigo a los que desaparecieron a Julio López y los que como Pedraza son responsables del asesinato de Mariano Ferreyra. Que los genocidas vayan a cárceles comunes sin excepción.
Conceder personería gremial a la CTA y al gremio del Subte.

Acercarse al ALBA, traer las tropas de Haití y salir del “G-20”.
Sin perder nunca su identidad política, el PL está dispuesto a trabajar codo con codo con todas las fuerzas políticas y sociales con voluntad de impulsar total o parcialmente puntos del programa HAY QUE IR POR MÁS.

Volver a las plazas, ir por más

La muerte de Néstor Kirchner produjo mucho dolor en grandes sectores de nuestro pueblo. Muchos, no siendo kirchneristas, nos movilizamos para expresar nuestras condolencias a la presidenta, a su familia y los compañeros kirchneristas. Las movilizaciones populares se repitieron en todo el país y generaron un gran respaldo a Cristina. Esto debería dejar un saldo organizativo para profundizar la lucha por más conquistas y reivindicaciones populares.
El miércoles, poco tiempo después de la muerte de Kirchner, se realizó la convocatoria para ese mismo día a las 20 hs. La propuesta nacía desde las organizaciones kirchneristas y se difundía a través de las redes sociales y de boca en boca antes de llegar a los grandes medios de difusión, que ese día se dedicaban exclusivamente a cubrir la noticia del ex-presidente fallecido. La idea era dar un marco de respaldo a la presidenta y marcar la cancha a la derecha que desde sus columnas ya proponía un giro a la derecha para asegurar “la gobernabilidad”.
Según los diarios del día siguiente 100.000 personas se movilizaron el miércoles. Esa multitud contenía una diversidad que se mantendría y profundizaría en los días siguientes. Muchas organizaciones de la juventudes peronistas y kirchneristas (no hitlerianas), de trabajadores, mucha gente suelta y predominantemente jóvenes. Las consignas mas repetidas fueron contra el vicepresidente Cobos y compitiendo con éste el CEO de Clarín, Magneto. Uno de los momentos mas emotivos fue cuando la plaza entera canto el himno nacional, la gran mayoría con los dedos en V y algunos, más de los que uno imaginaba, con el puño bien en alto.
El Partido de la Liberación movilizó en Salta, Córdoba, Mendoza y Capital Federal el miércoles. También lo hizo el jueves en Plaza de Mayo encolumnado junto a la CTA de Yasky. De los partidos de izquierda fuimos los únicos junto al PC. El jueves fue el día de mayor movilización de las organizaciones políticas, sindicales, sociales y de derechos humanos. Era un mar de gente que se desplazaba en diferentes direcciones pero con el punto en común de expresar sus condolencias y el apoyo a la presidenta en su “momento más doloroso”.
Como dijo Sergio Ortiz, el PL fue a las plazas a expresar sus condolencias a la presidenta y a los kirchneristas y a dejar “su mensaje a la señora presidenta de que puede contar con nuestras modestas fuerzas si considera profundizar la lucha contra los monopolios”. Estuvimos ahí con banderas y compañeros, cantando contra la derecha y la rata que habita en la presidencia del Senado. Estuvimos ahí a pesar de no ser kirchneristas, porque hacemos el balance que entre las medidas y políticas positivas y las negativas del gobierno de Néstor y el actual gobierno de Cristina, al momento de la muerte, el saldo es positivo.
Positiva es la política de derechos humanos, el rechazo al ALCA, las mejoras sociales y laborales, la ley de medios, la recuperación de la ANSES, la estatización de Aerolíneas, la política de no reprimir la protesta social, la Asignación Universal, el casamiento igualitario, el Fútbol para Todos, la presidencia del “Grupo de 77” países emergentes más China, la secretaría de la UNASUR, etc. El PL no estuvo, ni está de acuerdo con el pago al FMI en 2006, ni con enviar tropas a Haití, ni en ser parte del G20 y varias otras medidas y políticas del kirchnerismo. Así es que, con este balance bien en claro y sin ningún tipo de oportunismo, estará cada vez que sea necesario en las plazas para defender las conquistas democráticas y populares.
El PL ha propuesto IR A MÁS (ver editorial). Por eso es necesario volver a las plazas, ganar la calle, las facultades, fábricas y demás lugares de trabajo.
ALBERTO DÍAZ