Secretario general del Partido Comunista egipcio afirma que ha sido una Revolución, no un golpe militar

Salah Adli, secretario general del PC egipcio ha declarado al semanario del Partido Tudeh iraní que el movimiento que ha derribado al presidente Mohamad Morsi de su cargo no ha sido un golpe de Estado militar sino una Revolución hecha por el pueblo para deshacerse de un régimen fascista. Ha destacado que el pasado 30 junio 27 millones de personas de todas las clases y capas del país salieron a las calles para exigir la dimisión del líder de los Hermanos Musulmanes. Afirma que es la segunda fase de la Revolución democrática nacional que cierra una etapa reaccionaria abierta en los años 70 que permitió el desarrollo de la agrupación de los citados "Hermanos". Tras el éxito electoral de Morsi y su acceso a la presidencia las masas descubrieron la naturaleza autoritaria y fascista, su incapacidad para dirigir el Estado y su hostilidad a la democracia y a la ciencia. Han empleado consignas religiosas para disfrazar su apoyo al plan de dominio norteamericano llamado "Gran Proyecto de Oriente Medio". Destaca los ataques de Morsi contra la clase trabajadora: las privatizaciones, la liberalización de precios, su negativa a aumentar el salario mínimo, la reducción de impuestos a los empresarios, la negativa a aprobar la ley de libertad sindical y su control sobre los sindicatos oficiales. Afirma que su política ha sido peor que la de Mubarak.

Para negar el carácter de golpe militar señala que el ministro de Defensa Al Sisi ha dado a conocer la hora de ruta tras consultas y acuerdos con el movimiento juvenil Tamarod, el Frente de Salvación Nacional formado por liberales, nasseristas y la izquierda, el jefe de la mezquita Al Azhar, el patriarca copto y representantes de mujeres.