Declaración del Campo Antiimperialista sobre las elecciones parlamentarias en Venezuela
http://www.antiimperialista.org/view.shtml?category=16&id=1134043763
En las elecciones parlamentarias venezolanas del 4 de diciembre se revelaron los dos elementos decisivos para el próximo período del proceso bolivariano y antiimperialista en este país. Lo primero es la defensa antiimperialista contra los planes intervensionistas norteamericanos. Este elemento será lo principal en el próximo año hasta las elecciones presidenciales a finales del 2006. La retirada de los partidos opositores pro-imperialistas (AD, COPEI, Primero Justicia, Proyecto Venezuela) de la participación electoral para la asamblea nacional es una alerta clara que los EE.UU. están tomando preparativos para impedir un segundo mandato del presidente bolivariano Hugo Chávez.
El imperialismo norteamericano ha manifestado de varias formas su objetivo de deshacerse de Chávez como dirigente principal del proceso de transformación bolivariana ante la radicalización del presidente venezolano con su clara estrategia antiimperialista y por un nuevo sistema político de poder popular y social anticapitalista que Chávez denomina “socialismo del siglo 21”. Venezuela indudablemente es el factor decisivo del revivir antiimperialista latinoamericano bajo la bandera del bolivarianismo, lo que para la hegemonía estadounidense significa un papel “desestabilizador” de Venezuela en la región (y que no es nada nuevo si recordamos el caso de la revolución cubana, su impacto continental y la consiguiente acusación del imperialismo de “exportar la revolución”). A esta preocupación principal yanqui del fortalecimiento de un proyecto político alternativo que articula el descontento social y político popular latinoamericano, se suma el obstáculo que Venezuela constituye para sus planes de dominación económica (ALCA) revelado últimamente en la Cumbre de las Américas en Mar del Plata, Argentina, en noviembre de este año. El imperialismo norteamericano es concientes que la reelección de Chávez es altamente probable ante sus victorias clara en todos los procesos electorales desde su elección como presidente en 1998.
El mayor problema que enfrentan es la transparencia y legitimidad probada por los observadores internacionales de los procesos electorales venezolanos. El primer paso en la nueva ofensiva de deslegitimación del sistema democrático electoral venezolano ha sido la retirada de la oposición burguesa pro imperialista de las elecciones parlamentarias. Es probable que los próximos meses serán caracterizadas por una acelerada campaña diplomática y mediática imperialista para presentar ante la “comunidad internacional” pruebas del mismo tipo que las armas de destrucción masiva en Irak que deben demostrar que en Venezuela “se minan las instituciones democráticas y se restringe las libertades fundamentales” (Thomas Shannon, Secretario de Estado Asistente para Asuntos de la Hemisferio Occidental). Esto podrá abrir las puertas para una escalada yanqui de aislar diplomáticamente a la Republica bolivariana a través de las instituciones internacionales controladas por ellos y presionar a implementar una política de bloqueo similar a Cuba (con la fuerte dificultad yanqui de arriesgar una recíproca respuesta de Venezuela en cuanto a la venta de petróleo). No podemos todavía pronosticar que forma concreta tomará la escalada imperialista en curso. Pero todos los antiimperialistas y bolivarianos deben ser plenamente concientes que los EE.UU. siguen controlando una alianza imperial de las elites políticas de la mayoría de las naciones incluyendo las europeas y con esto tienen la capacidad de imponer su política internacional sin mayor oposición real de la comunidad internacional. (Recordemos que la protesta contra la guerra de Irak por parte de Alemania, Francia, Rusia y China nunca llevó a acciones concretas, p.e. ante el Consejo de Seguridad de la ONU, que hubieran podido dificultar la agresión unilateral yanqui).
El otro elemento clave de lectura del último proceso electoral venezolano es la poca participación electoral de sólo unos 25 % del electorado. Si bien esto no es excepcional en la historia venezolana de las elecciones parlamentarias, ni tampoco en otros países incluyendo EE.UU., ni mucho menos es prueba de una falta de apoyo de masas al proceso bolivariano, es un indicador claro de la necesidad de profundización del proceso bolivariano hacia una nueva institucionalidad, el poder popular y el socialismo. Las instituciones democrático-burgueses por su constitución elitista y excluyente de la participación popular, por ser la sede de una politiquería alejada de la dinámica popular, no pueden ni con los mejor representantes quedar a la altura de un proceso de cambio revolucionario. El mismo Chávez en su famoso discurso del 12 de Noviembre 2004 (El salto adelante) llama a construir una nueva institucionalidad.
El próximo período que queda del primer mandato chavista no será probablemente el tiempo en el cual esta transformación necesaria y profunda de la vieja institucionalidad se realice. Sin embargo, la campaña electoral por la reelección de Chávez, cuando las diferentes fuerzas políticas bolivarianas presentarán sus propuestas para el futuro del proceso venezolano, será un escenario importante para plantear en la sociedad, particularmente entre las clases pobres, el paso definitivo a la nueva institucionalidad como tarea principal del segundo mandato presidencial chavista. En vez de una campaña electoral de venta de un candidato como es habitual en las “democracias norte-americanizadas” el pueblo venezolano requiere de una campaña para definir los objetivos del proceso revolucionario. Los revolucionarios venezolanos no sólo enfrentan un año electoral de lucha para un segundo mandato de Hugo Chávez, sino de un mandato comprometido con la transición a un nuevo Estado. En este sentido el 2006 sea la última elección tradicional, representativa, y la primera participativa, propositiva de parte del pueblo. La democracia participativa, para ser real, necesita un gobierno revolucionario popular que representa y expresa el pueblo bolivariano organizado, una democracia revolucionaria que une lo participativo y lo representativo en una única estrategia de poder popular y socialismo del siglo 21. Desde el internacionalismo antiimperialista vemos nuestra tarea principal en la defensa del proceso bolivariano articulando su dinámica internacional con mayores niveles de coordinación entre las resistencias antiimperialistas y anti-yanqui.
Estamos concientes que siempre el imperialismo tiene ventajas propagandísticas, económicas y militares sobre la resistencia y que el imperio yanqui todavía se apoye sobre fuertes alianzas inter-imperialistas con los las fuertes poderes mundiales. Sin embargo, sus actos de agresión contra los procesos emancipadores de liberación nacional y social pueden minar su hegemonía y fortalecer a las fuerzas mas consecuentes y revolucionarios en los pueblos en lucha, siempre cuando los revolucionarios y antiimperialistas estamos en grado de enfrentar la política imperialista con propuestas políticas y organizativas concretas a la altura de la confrontación internacional que viven los pueblos y clases oprimidas.
1 Comments:
Es muy interesante lo que señalas a propósito de los mecanismos de propaganda mediática y comercial que aquí (Europa-EEUU) asociamos indisolublemente -de manera inconsciente ya- a la Democracia (en el sentido positivo que se le da en los discursos), y que, al estar supuestamente ausentes en Venezuela, inmediatamente hacen sonar las alarmas en los medios capitalistas.
no tengo tiempo hoy para comentar más.
EXCELENTE PAGINA !!!
querría pedirte tu opinión sobre muchas cosas
un saludo, A.J.
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