Fidel Castro, el derrumbe del neoliberalismo y el “esperpento Forbes”

La revista para ricos “Forbes” asigna a Fidel Castro los beneficios de las empresas públicas de Cuba para incorporarle a la lista de los mandatarios más adinerados del mundo. En consecuencia, suponemos que la magia conspirativa con tufo a chapuza de la CIA de la redacción de “Forbes” convertirá también a Evo Morales, actual presidente de Bolivia, en el próximo candidato a ingresar en tan selecto club, dado que hay que suponer que las utilidades de los hidrocarburos recientemente nacionalizados irán a sus bolsillos.



Este nuevo esperpento mediático contra Fidel Castro, uno de los gigantes en la lucha –precisamente- contra la desigualdad social y contra la obscena acumulación de riqueza en manos de las grandes élites mundiales, es la nueva pataleta de algunos que observan incrédulos cómo cae el que pensaban inexpugnable castillo de naipes neoliberal en América Latina.



Pero analicemos la línea argumental de esta nueva campaña anticubana, porque sin duda no tiene desperdicio. En 2003 la revista Forbes ya había establecido el patrimonio del presidente cubano en 110 millones de dólares. En aquel momento, indicaban que "la estimación de estas fortunas es un asunto muy complicado", y que sencillamente habían aplicado un porcentaje del producto interior bruto de Cuba como propiedad directa de Fidel Castro. Pura ciencia económica, vaya, pero sin duda posible de mejorar. Así, este año, Forbes ha elevado la fortuna del presidente cubano hasta los 900 millones de dólares, más incluso que la de la Reina de Inglaterra. Y para demostrarlo, han llegado a la cuadratura del círculo en ciencia periodística. Forbes dice textualmente: “Asumimos que el dictador tiene el control de una red de compañías estatales que incluye el Palacio de Convenciones, Cimex y Medicuba”. Es decir, Forbes menciona tres empresas o centros públicos, propiedad del Estado cubano. Sumadas las tres: 900 millones. Tras leer el método de cálculo, es evidente que los avezados periodistas de investigación de Forbes no tienen constancia de dinero alguno, ni cuenta alguna, ni propiedad alguna, de Fidel Castro, porque la propiedad de dichas compañías está legalmente reconocida en la Gaceta Oficial de Cuba a nombre del pueblo cubano y, además, como puede ser también comprobado, sus beneficios no van a bolsillo privado alguno, sino al ingreso del presupuesto nacional, que como se sabe, en Cuba, es mayoritariamente gasto social.



Los enemigos –inteligentes, claro está, que no es el caso- de la Revolución cubana saben que mentiras tan burdas jamás podrán mellar ni un mínimo el prestigio político y moral de un auténtico héroe de la Historia mundial contemporánea, cuya influencia ha marcado, como ningún otro dirigente mundial, a una buena parte de los países del Tercer Mundo.



Esta nueva patética campaña contra Fidel Castro refleja la desesperación de determinadas esferas del poder económico, político y mediático, que apenas pueden creer lo que están viendo: el desmoronamiento de los esquemas y valores del sistema neoliberal en América Latina, precisamente su laboratorio experimental desde los años 80. Sin la resistencia heroica de Cuba y de su ejemplar presidente durante todos estos años nada de lo que está ocurriendo sería posible. Y se la deben, claro está. Venezuela, Bolivia, pronto quizá Perú, después Nicaragua, y Ecuador... El escenario regional les produce cada día más pánico, y éste les hace recurrir a lo que sin duda mejor controlan: la mentira a través de sus poderosos y excluyentes medios de comunicación que, afortunadamente, ya engañan a cada vez menos víctimas del sistema capitalista.



José Manzaneda

Miembro de EUSKADI-CUBA

www.euskadicuba.org