Declaración de cubanos en Ucrania
* Por Marta Martínez Douliet
Muchas personas se niegan a creer que el Che Guevaraha muerto; en Bolivia hombres y mujeres humildes de las zonas por donde anduvosu Ejercito de Liberación, aseguran verlo aún con el fusil al hombro, o sientenque su 'alma' les protege y concede pedidos de salud, buena cosecha, mejor escuela.
¿Muerto el Che?, como creerlo, si el propio suboficialque juró asesinar al Comandante Ernesto Guevara el 9 de octubre de 1967,asegura que luego de dispararle dos ráfagas de ametralladora, el Guerrillero continuócon los ojos abiertos, mirando las montañas, las selvas, los ríos y las nubes.
¿Muerto? ¡No puede ser posible!; no puede estar sinvida quien se erige en ejemplo para las multitudes, quien inspira al combate enlejanos parajes, quien convoca a las masas a levantar banderas por mejoresopciones de vida y de trabajo. ¡Vive quien es nombrado en todos los idiomas!
Vive en los profesores que fueron a las aulas en undestacamento nombrado Che Guevara, que desafío la guerra y en escuelas deAngola, transmitió la enseñanza a niños, mujeres y soldados de aquella patrianueva. Vive también el Che en quienes hoy transitan los sederos de América y transforman la vida de lossiempre olvidados.
El Che está de nuevo cabalgando estas tierras,soldando voluntades que iluminan el ALBA, y realizan el sueño de unir en unasola a la Américanuestra, donde el negro y el indio vivan por su trabajo, sin yugo ni dogal quedobleguen su espalda, sino libres y alegres de producir en paz el pan quenecesitan.
Vive porque su estrella ilumina el camino de nuevosguerrilleros, que tienen por fusiles libros y medicinas; está en cada escenariodonde letras y números matan a la ignorancia, donde galenos nuevos devuelven lasalud, donde se abre el camino a una vida más plena. No muere quien es útil.
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