Nuestra lucha no se trata de una mera elección estrecha entre opciones electorales dentro del actual régimen, sino de apostar por formas de organización económica y espiritual, cualitativamente superiores a la civilización burguesa, donde se garantiza la emancipación del proletariado y la democracia real. Es la lucha popular por la conquista de la civilización socialista, partiendo del estudio científico de las bases materiales que lo posibilitan y con el objetivo último del comunismo.

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15 de enero de 2007

Presidente electo Correa proclama democracia socialista y promete gobierno de los excluidos

ABI

Zumbahua, Ecuador -- El electo presidente ecuatoriano, Rafael Correa, proclamó hoy una democracia socialista y prometió un gobierno de indígenas, de los migrantes y de los excluidos, tras recibir el Bastón de Mando por parte de miles de aborígenes ecuatorianos reunidos en esta población ubicada en la sierra de este país andino, a 3.600 metros sobre el nivel del mar.

Durante su discurso, que fue pronunciado una vez que hicieron lo mismo los presidentes Evo Morales, de Bolivia; y Hugo Chávez, de Venezuela, Correa indicó que su administració n gubernamental estará orientada a construir “un socialismo del siglo 21” y anunció que el “nuevo día ha comenzado”.



“Se han derrumbado las democracias de plastilina del modelo neoliberal, y ha empezado a surgir esa América, digna, justa, socialista, del siglo XXI”, dijo Correa tras recibir el bastón de mando de los líderes originarios, con la presencia de sabios indígenas, donde recibió una “limpia”, un rito ancestral andino, y el Bastón de Mando, que representa el máximo poder para los pueblos originarios del Ecuador.

“Alerta, alerta que camina la espada de Bolívar por América Latina” coreaba constantemente la multitud conformada mayoritariamente por indígenas ecuatorianos, pero a la que se integraron representantes de otros pueblos de los países latinoamericanos.

El electo presidente, quien este lunes asumirá oficialmente el mando de este país andino de 12 millones de habitantes y 286.000 kilómetros cuadrados, inició su discurso en quechua y rindió su homenaje al legendario guerrillero argentino-cubano Ernesto Che Guevara de quien dijo se trata de un ejemplo del máximo sacrificio y entrega a los demás.

Correa aseguró que “el amanecer ha llegado. América Latina no está viviendo una época de cambio, está viviendo un cambio de época” y anunció que el proceso para transformar las estructuras políticas tendrá como escenario una Asamblea Constituyente; proyecto político que impulsará desde el primer día de su mandato constitucional.

Para lograr este objetivo, Correa aseguró que convocará a un referéndum para que el pueblo decida si desea una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Carta Magna.

“El nuevo día ha comenzado; esa aurora, ese amanecer, de patrias más justas más soberanas, más dignas”, dijo Correa, en coincidencia con lo que antes habían expresado los presidentes Evo Morales, de Bolivia; y Hugo Chávez, de Venezuela.

También coincidió con las posiciones políticas de los presidentes presentes en su investidura como líder de los pueblos originarios ecuatorianos, al señalar que la “larga noche neoliberal está terminando”.

En ese contexto, Correa llamó a su pueblo a respaldar la convocatoria a una Asamblea Constituyente con plenos poderes, a diferencia de un anterior proceso que sólo introdujo reformas parciales al texto constitucional, tal como pretenden los sectores políticos conservadores en Bolivia.

“Hay lobos que se quieren disfrazar de ovejas para también recibir el voto en esa Asamblea”, dijo Correa, respecto del imprevisto apoyo que recibió su llamado a la Asamblea por parte de legisladores del derrocado ex presidente Lucio Gutiérrez.

“No crean que somos ingenuos, no confiamos en esas víboras. Apoyan la Asamblea porque no les queda más, porque les da miedo, pero desde el inicio estuvieron en contra. Con esa gente, ni a misa, con traidores jamás compatriotas” , sentenció Correa.

De esa manera, condenó la actitud política que tuvo Gutiérrez, quien terminó abruptamente su mandato tras distanciarse de los postulados que lo llevaron a la Presidencia de la República con el apoyo de campesinos, indígenas y sectores populares ecuatorianos.

Correa juró ante la multitud, que constantemente coreaba su nombre, que jamás traicionará la confianza que recibió en las urnas, pero también demandó esa misma fidelidad del pueblo ecuatoriano para llevar adelante su proyecto político del socialismo del siglo 21 que busca terminar con un Estado excluyente y racista.