Nuestra lucha no se trata de una mera elección estrecha entre opciones electorales dentro del actual régimen, sino de apostar por formas de organización económica y espiritual, cualitativamente superiores a la civilización burguesa, donde se garantiza la emancipación del proletariado y la democracia real. Es la lucha popular por la conquista de la civilización socialista, partiendo del estudio científico de las bases materiales que lo posibilitan y con el objetivo último del comunismo.

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17 de mayo de 2007

Resolucion sobre America Latina


Aprobada por el XVI Seminario Comunista Internacional realizado en Bruselas los pasados 4,5 y 6 de mayo del 2007 con participación de 47 organizaciones y la observación de otras 6.

Página web www.ics.brussels.org




América Latina es escenario del desarrollo de un vigoroso movimiento de los trabajadores y los pueblos que combate contra el dominio secular de las oligarquías, el avasallamiento y el saqueo de los imperialistas, principalmente, del imperialismo norteamericano.



La recuperación y lucha huelguística de la clase obrera que va asumiendo su rol de abanderada de la lucha popular; las grandes movilizaciones de los campesinos demandando la tierra, el agua y oponiéndose beligerantemente a la imposición el ALCA y los TLC; la movilización y lucha callejera de los estudiantes medios y universitarios planteando reivindicaciones sociales, democráticas y antiimperialistas; la aparición en escena de los pueblos originarios como protagonistas de su propia liberación y como integrantes de las fuerzas revolucionarias; la vigencia y desarrollo de la lucha armada revolucionaria; los grandes levantamientos populares que se oponen y combaten a los gobiernos neoliberales y los derrocan, son las expresiones más salientes del movimiento popular en América Latina



Ese vigoroso movimiento popular se va fortaleciendo por su incorporación en la lucha política por el gobierno, se une a los partidos de izquierda, se nutre en nuevas formaciones políticas revolucionarias, participa activamente en los procesos electorales y conquista importantes espacios que van cambiando la correlación de fuerzas en cada país y por consecuencia, en América Latina.



En Venezuela, desde 1998 con el primer triunfo electoral de Hugo Chávez se desarrolla un gran movimiento social y político de izquierda y revolucionario que involucra a millones, que hace frente al imperialismo y a la derecha criolla y que ha derrotado todas las intentonas por derrocarlo o desviarlo. En Bolivia, los pueblos indígenas, quichua, aimara y el pueblo mestizo ganaron las elecciones y eligieron al primer presidente indígena de toda la historia republicana. En Brasil y Uruguay ganaron las elecciones generales posiciones de izquierda que venían luchando por décadas. En Nicaragua volvió a la Presidencia el Frente Sandinista y, en el Ecuador la tendencia patriótica, democrática y de izquierda ganó las elecciones en noviembre de 2006. Los gobiernos peronista de Argentina y de la Concertación de Chile están asumiendo, en alguna medida, posiciones tibias, de defensa de los intereses nacionales. En menor escala el gobierno de Panamá se atreve a plantear condicionamientos a la administración Bush. En todo caso no se comportan como incondicionales del gobierno norteamericano. En otros países, Colombia y Perú las fuerzas democráticas y de izquierda alcanzan importantes avances a nivel electoral.



Cuba, a pesar del bloqueo y de desenvolver su revolución por sus propias fuerzas, en lo fundamental, se mantiene enhiesta como un referente para los trabajadores y los pueblos del mundo y particularmente de América Latina. De hecho esta nueva situación política en América Latina es una importante contribución para la revolución cubana.



Los trabajadores y los pueblos, los partidos comunistas y otras organizaciones políticas revolucionarias se plantean conducir esas luchas para la superación del capitalismo y la implantación del socialismo.



En el imaginario de los trabajadores y los pueblos de América Latina se plantean los ideales del socialismo. Esa situación deja claro que las reservas y potencialidades de la revolución social del proletariado, del socialismo y el comunismo están frescas y lozanas, se están desarrollando y van a crecer cualitativamente.



En el contexto internacional de nuestros días, América Latina representa el nudo de las contradicciones fundamentales de la época.



En el patio trasero del imperialismo norteamericano, los trabajadores y los pueblos están luchando por la liberación social y nacional, están conquistando importantes victorias políticas a nivel organizacional e institucional, incluso, en algunos países, el gobierno.



Esta situación estimula a la clase obrera y a los revolucionarios proletarios de todos los continentes y les plantea la necesidad de recuperar esas experiencias como referencias para su propia lucha y, sobre todo, la tarea de organizar la solidaridad internacional con los diversos procesos que se desarrollan en América Latina puesto que el imperialismo y la reacción no cesaran en sus políticas represivas y reaccionarias y seguirán tratando de sofocarlos.