EL CAPITALISMO Y LA CIENCIA
En este sentido, subraya que en las condiciones del capitalismo, la ciencia, progreso del pensamiento humano, es explotada por la burguesía. El capital, que no crea la ciencia, la utiliza y se apropia de sus frutos.
Es de fundamental importancia la tesis de Marx, plenamente vigente, según la cual en el capitalismo la ciencia, los avances tecnológicos, son hostiles al trabajo, lo sojuzga y contribuye al reforzamiento de la explotación de la clase obrera – que por supuesto no desaparece -, de modo tal que hace aún más necesaria la lucha por su emancipación definitiva, ya que esta no se logrará por medio de una “revolución tecnológica y cibernética”, como algunos intelectuales posmodernos nos prometen.
Por lo expresado, la burguesía tiende justamente a situar el desarrollo de la ciencia en el centro de sus preocupaciones. Cada vez más la producción misma pasa a ser prácticamente un subsistema derivado de la ciencia, comenzando a desempeñar un papel de creciente importancia no sólo los medios de producir productos, sino también los “medios de producir conocimientos científicos”. Se va conformando así una nueva capa social, al servicio del bloque de poder dominante, al que algunos investigadores sociales ya han calificado con el nombre de “burotecnocracia”.
Por cierto que se sigue acentuando con una mayor intensidad la tendencia histórica a desplazar el trabajo manual por el trabajo intelectual, lo cual obliga a estudiar constantemente las modificaciones en la estructura interna y características del proletariado de cada país.
Asimismo, la producción, como fenómeno intrínseco del capitalismo, se va concentrando en un número más reducido de grandes empresas a dimensión mundial, capaces de sobrevivir al desafío competitivo mas exigente y feroz y por la necesidad de un muy elevado nivel de inversión.
En definitiva, nuestro deseo es que este texto de Marx y su genial visión de futuro, contribuya a reflexionar seriamente sobre la necesidad de estudiar, profundizar y analizar una realidad en permanente movimiento y cambio, con el insustituible instrumento de la dialéctica revolucionaria, y como única forma de encontrar caminos para poder transformar la sociedad.
Responde a la vez al concepto compartido de que hay que respetar siempre a aquellos en cuyos hombros nos hemos apoyado, y volver constantemente a ellos para proyectarnos, impulsados por su espíritu innovador, con más lucidez y firmeza hacia un mundo mejor, un mundo socialista.
Carlos MARX
Etiquetas: Miscelaneo
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