Partido Comunista de Venezuela renueva Comité Central y aprueba una Resolución Política
¡Por el Socialismo, creando Poder Popular!
Caracas, 03 sep. Tribuna Popular TP.- El Buró del Partido Comunista de Venezuela PCV, informó esta mañana de la realización de su XI Conferencia Nacional que se llevó a cabo en Caracas los días 1 y 2 de septiembre. De ella emanó la “Resolución Política” el cual Tribuna Popular publica en forma íntegra:
- Víctor Ciano
- Elena Linarez
- Carlos Ojeda
- Francisco Contreras
- Santiago Palacios
- Elías Febres
- Freddy Subdiaga
- Yoberti Monserrat
- José Inocencio Galíndez
- Gustavo Lara
- Oscar Alvarado
- Edgar Rubio (hijo)
- Selua Daboin
- Argimiro Rivero
- Lorenzo Devera
- Henry Parra
- Francisco Millán
Con esta elección de completa el Comité Central de 41 miembros.
2.- RESOLUCIÓN POLÍTICA DE LA XI CONFERENCIA NACIONAL DEL PCV
La XI Conferencia Nacional se llevó a cabo en momentos cuando se hacen más evidentes las contradicciones inter-imperialistas y se profundiza la crisis general del capitalismo. Se acentúa en consecuencia la carrera armamentista y el peligro de agresiones imperialistas bélicas en distintos escenarios internacionales, incluyendo a nuestro país. Lo cual demanda la profundización de nuestra política de solidaridad internacional y apoyo a las luchas de los pueblos hermanos, en especial el colombiano, el iraquí, el afgano, el palestino, el coreano y el cubano.
El Partido Comunista de Venezuela levanta orgullosamente las banderas de la ideología de vanguardia, la concepción científica y revolucionaria más avanzada que ha emanado del pensamiento y experiencia de la humanidad: el Marxismo-Leninismo; ante pretensiones revisionistas, distorsionadoras y postmodernas, la misma profundización del proceso revolucionario de Venezuela y la realidad mundial demuestran cada día su actualidad y vigencia. Además, las y los comunistas venezolanos nos nutrimos del pensamiento y ejemplo revolucionario de nuestros héroes y heroínas, expresado en el ideario bolivariano.
La necesidad histórica de forjar “los instrumentos de la Revolución”, evidenciada en diversas experiencias de construcción socialista y ratificada por nuestro XIII Congreso Extraordinario en marzo pasado, se pone de manifiesto especialmente en esta fase de la revolución venezolana. Una condición indispensable para la profundización y continuidad en el tiempo del proceso revolucionario, radica en la existencia de dichos instrumentos y su dirección colectiva de origen proletario y popular, que debe ganarse el lugar de vanguardia con un liderazgo conquistado y mantenido en el transcurrir de la lucha de clases.
Este es el reto que asume el Partido Comunista de Venezuela: ganar su sitial en esta dirección al calor de los combates clasistas y populares, sin aspiraciones de privilegios, prebendas o beneficios personales, y en la perspectiva de contribuir a la revolución, a la liberación de nuestra patria de las cadenas de la dominación imperialista, al impulso del internacionalismo proletario, para la construcción de la sociedad socialista y para enrumbarnos hacia el objetivo más estratégico, que es la sociedad comunista.
Sobre la base de estas premisas, el Partido Comunista de Venezuela cuenta con un acumulado de 76 años de aportes en la construcción política colectiva, aplicando el centralismo-democrático, con herramientas poderosas como el Programa del Partido del VI Congreso de 1980, las Líneas Programáticas y la Política del XII Congreso del 2006, las Resoluciones Política y la del Partido de la Revolución del XIII Congreso del 2007, además de las resoluciones del Comité Central y su Buró Político, alimentado fecundamente de las experiencias del movimiento comunista internacional.
Con base en estos documentos y orientaciones, nos corresponde profundizar la ofensiva político-ideológica y de masas que contribuya a dotar a nuestro pueblo de las herramientas teóricas y prácticas que nos permitan profundizar la revolución, avanzando en la transformación revolucionaria de la sociedad, sustituyendo el Estado burgués por el Estado Democrático Popular, hacia la construcción del socialismo. Un objetivo fundamental de esta ofensiva debe ser lograr que la clase trabajadora se convierta en la clase hegemónica en esta transformación.
Por otra parte, las 17 vacantes producidas en el Comité Central por la migración al PSUV de quienes ocupaban responsabilidades en esta instancia de dirección, han sido solventadas a través de un amplio y profundo proceso de discusión y selección de las diversas candidaturas. Estos camaradas adquieren la elevada responsabilidad, junto a quienes ya integran el Comité Central, de asumir las nuevas tareas con el compromiso de ser factor de unidad y cohesión orgánica, fortalecer las comisiones y los equipos de la Dirección Nacional y garantizar la ejecución de la ofensiva ideológica, política y de masas a todos los niveles del Partido y la sociedad.
Queda cerrado de esta manera un capítulo del que debemos recoger las enseñanzas para seguir avanzando en el camino del fortalecimiento político, ideológico, moral y orgánico del PCV, y de su incidencia en el seno de la clase obrera, de los trabajadores y trabajadoras en general y demás sectores populares.
Asimismo, los principios que rigen la política y la actitud de los y las camaradas que se encuentran en instituciones de la administración pública, se expresan en una consecuente lucha contra el burocratismo, la corrupción y el oportunismo, para fortalecer la vigilancia revolucionaria, el ejercicio del control social en la gestión pública, la lucha por incrementar la participación y el protagonismo de los trabajadores y trabaja-doras en la dirección colectiva de las empresas e instituciones, ya sean públicas o privadas, entre otros. Se demuestra de esta manera el carácter ético-revolucionario de los y las cuadros comunistas en cada una de las responsabilidades asignadas en el seno del Estado y la sociedad. Todo este trabajo se debe hacer con la necesaria diferenciación entre el Partido y el Estado, y de los papeles propios que le corresponden a cada uno, dentro de una política común de consolidar el Poder Popular como nueva forma de estructuración y organización del poder en un Estado Democrático Popular.
El referente revolucionario, conceptual y clasista que son el PCV y su Juventud Comunista, el insustituible valor ético que poseen para la revolución socialista en gestación, son elementos que guían nuestra política de cuadros, de crecimiento, de captación de nueva militancia, hacia el funcionamiento real y eficiente de todos nuestros organismos de base y de dirección.
Por ello, se impulsará desde ahora una Campaña Nacional de Captación, para que los mejores hijos e hijas de la clase obrera y de todo el pueblo, se incorporen al que es su Partido por definición; simultáneamente haremos la reafirmación de la militancia comunista mediante un proceso de re-censo para la regularización de nuestros organismos.
De igual manera, se reafirma la necesidad de continuar con la preparación y el estudio, constante y permanente, de todos y cada uno de los y las camaradas, con el fin de fortalecer nuestra formación política e ideológica, haciendo uso de las herramientas tradicionales e innovadoras que nos ofrecen la tecnología, la ciencia y demás formas culturales. Dicho esfuerzo formativo debe estar dirigido hacia todo el pueblo venezolano, en particular hacia los comprometidos con el proceso revolucionario, con la ayuda y los aportes valiosos del Instituto Bolívar-Marx, con el impulso de Tribuna Popular y su potencial formativo y organizador. En este sentido, resalta la notable reactivación de la Escuela Nacional de Cuadros del Comité Central “Olga Luzardo”, que seguirá avanzando.
La dinámica del desarrollo del proceso revolucionario va creando nuevas realidades y necesidades; se generan nuevas instancias del Poder Popular y aparecen rasgos políticos, económicos, sociales y culturales nuevos que ameritan la reforma de la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela. Este tema hizo parte de las discusiones en las seis mesas de trabajo de la XI Conferencia Nacional, la cual identificó la pertinencia de la reforma, y decidió apoyar la iniciativa del Presidente Chávez, a quien se le harán llegar nuestras observaciones, comentarios y propuestas. De igual manera, lo haremos en la AN y en el seno de los trabajadores, trabajadoras y de las masas populares. En tal sentido, la Conferencia Nacional mandata al Comité Central la elaboración de los lineamientos requeridos para el cumplimiento de esta tarea sobre la base de lo acordado en la Conferencia.
La XI Conferencia Nacional del PCV demostró nuestra fortaleza política, orgánica y moral para superar los retos del proceso revolucionario y nos afianzó en la certeza de que vamos forjando el futuro de nuestra patria; asimismo, constató que tenemos una poderosa Juventud Comunista que al calor de la revolución va creando cuadros y experiencias invalorables para profundizar el proceso y construir el socialismo.
¡Comunistas por siempre!
¡Por el Socialismo, creando Poder Popular!
Etiquetas: Venezuela: la edificación del socialismo
3 Comments:
muy interesante documento. Por momentos la situación venezolana entusiasma y por otras genera confusión. Confío enormemente en ese Bello pueblo y en su Vanguardia Marxista Leninista.
elverdugoenelumbral.blogspot.com
LAS TENDENCIAS LIQUIDACIONISTAS EN EL SENO DEL PCV
Marcos Fuenmayor Contreras y Luis Fuenmayor Toro
El pasado miércoles 8 de agosto se cumplió el septuagésimo aniversario de la realización clandestina en Maracay de la Primera Conferencia Nacional del Partido Comunista de Venezuela. La ocasión fue aprovechada por la actual dirección de ese partido para establecer una analogía entre la decisión adoptada por esta Conferencia en 1937 de no integrarse al Partido Democrático Nacional, y la resolución de marzo de 2007 de negarse a disolverse dentro del Partido Socialista Unido de Venezuela, aprobada por el Décimo Tercer Congreso del PCV. Al margen de cualquier consideración acerca de las posibles similitudes y diferencias entre ambas situaciones, es necesario establecer la verdad histórica sobre lo ocurrido hace setenta años, para poseer elementos de juicio válidos que permitan a cada quien elaborar sus propias conclusiones.
Llama la atención la exaltación que ha recibido la figura de Gustavo Machado en todos los eventos partidistas dedicados a esta conmemoración, a pesar de siempre haberse opuesto a que los obreros revolucionarios se organizaran en su propio partido, situación que no sabemos hasta que punto es conocida por los actuales militantes del PCV. En todo caso, el número especial del periódico del partido dedicado a dicha conmemoración lleva su imagen en la portada en compañía de Marx, Lenin y Bolívar (Tribuna Popular Nº 139, 6-21 agosto 2007), y en la Sala Plenaria de Parque Central, donde se celebró el aniversario, ondeaba una bandera con su rostro, además de las múltiples menciones ensalzando su figura en discursos y otros textos producidos a propósito de la efemérides.
Lo paradójico es que la realización de la Conferencia de Maracay sólo fue posible cuando ya Gustavo Machado no pudo oponerse por haber sido expulsado del país en cumplimiento del decreto de López Contreras de marzo de 1937. Es harto conocido que después de la muerte de Gómez, Juan Bautista Fuenmayor y Kotepa Delgado se dedicaron a organizar el Partido Comunista en el Estado Zulia, mientras que en Caracas se constituyó un mal llamado “Comité Organizador del PCV”, compuesto por Rómulo Betancourt, Gustavo Machado, Salvador De La Plaza, Miguel Otero Silva, Rodolfo Quintero y otros. Lo cierto fue que este Comité no organizó ningún Partido Comunista y se constituyó, por el contrario, en el principal obstáculo para que el partido se reorganizara, tomando la paladina decisión de ordenar a todos quienes se proclamaban marxistas a incorporarse a otras organizaciones reformistas, bajo la dirección de la burguesía y de la pequeña burguesía.
Según el testimonio de Jesús Faría, “La Primera Conferencia Nacional del PCV puso fin a este caos, derrotando a quienes, aún siendo comunistas no tenían fe en la victoria de su propia causa, pero, en cambio, confiaban en la revolución pregonada por ‘revolucionarios’ como Inocente Palacios, Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba y otros representantes de la pequeña burguesía, que en los hechos ejercían una férrea resistencia contra un partido comunista” (Mi Línea No Cambia Es Hasta La Muerte, Caracas, 2007. Pág. 93). Fue en este contexto que Juan Bautista Fuenmayor resultó elegido por la Conferencia como primer Secretario General del partido.
No obstante, siete años después, en 1944, Gustavo Machado volvió a las andadas. Contrariando la línea política vigente para el momento, inició una campaña para transformar a las organizaciones políticas regionales legalizadas transitoriamente como simples partidos instrumentales para que actuara el Partido Comunista, en un gran partido policlasista de masas, nacionalmente estructurado y con carácter permanente, llamando a sustituir al PCV por esa organización. Como quiera que el carácter que se le pretendió otorgar a Unión Popular Venezolana no se correspondía con la existencia del PCV como partido autónomo de la clase obrera, el Comité Central procedió a suspender de toda militancia a Gustavo Machado, Salvador De La Plaza, Rodolfo Quintero, Carlos Augusto León, Alfredo Conde Jahn y Pedro Juliac.
Este grupo liquidacionista, viéndose aislado de las masas en su posición minoritaria, promovió la intervención del Partido Socialista Popular de Cuba con el objeto de reingresar y tomar la dirección del partido. Así fue como lograron la realización de un congreso supuestamente unitario en diciembre de 1946, que los reinsertó en los órganos de dirección a pesar de haber sido siempre opositores a la existencia del PCV.
No objetamos la decisión actual del PCV de no diluirse dentro del PSUV, ni la reafirmación de seguir existiendo como partido autónomo de la clase obrera, lo que resulta incomprensible es que el Partido Comunista de Venezuela reivindique esta voluntad en nombre de quien siempre se opuso a “Dar la Cara” defendiendo la incorporación de los comunistas a organizaciones policlasistas e ignore, olímpicamente, a los camaradas que lucharon incansablemente por la independencia orgánica del partido de la clase obrera, entre ellos, Kotepa Delgado, Rolito Martínez, Alonso Ojeda Olaechea, Ernesto Silva Tellería, Jesús Faría y Juan Bautista Fuenmayor.
Publicado en el semanario La Razón , Caracas, Año XII, Nº659 del 26 de agosto al 2 de septiembre de 2007, Pág. A-3
Juan Bautista Fuenmayor Rivera
Luis Fuenmayor Toro
Hace poco, uno de mis hermanos, Marcos Juvencio, junto conmigo publicamos el artículo “Las tendencias liquidacionistas en el seno del PCV”, como un llamado de atención en relación con la exaltación de Gustavo Machado por el PCV, con motivo de la conmemoración del septuagésimo aniversario de la realización de la Primera Conferencia Nacional de ese partido en 1937. Nuestro artículo denotaba nuestra extrañeza de la relación establecida entre la conmemoración y la imagen del dirigente comunista, toda vez que a dicha conferencia se llega luego de la derrota sufrida por las posiciones de Gustavo Machado y otros, quienes se oponían a que los comunistas militaran en su propia organización, pues mantenían que debían incorporarse en los partidos pequeño burgueses existentes y actuar desde allí.
La relación de aquellos hechos con el presente fue establecida por el propio PCV, al señalar que hoy, al igual que hace 70 años, los comunistas habían decidido militar en su propia organización y no en partidos policlasistas, en alusión al Partido Socialista Unificado de Venezuela. Esa política fue la sostenida por quienes triunfaron en la Primera Conferencia Nacional: Kotepa Delgado, Ricardo Martínez, Jesús Faría, Alonso Ojeda y Juan Bautista Fuenmayor, quien fue elegido Secretario General del PCV, por lo que en honor a la historia, pensamos, ésta última ha debido ser la figura exaltada actualmente, pues fueron sus tesis las victoriosas y la realización de esa Conferencia el resultado de esa victoria.
En descalificación del artículo surge una persona de nombre Héctor Herrera Humpiérrez quien, en lugar de argumentar y presentar sus hechos, se dedica a agredirnos y a desconocer sucesos históricos. En su ignorancia llega a decir que nunca ha visto al Juan Bautista Fuenmayor ése en actos del PCV, como en cambio sí vio a Gustavo Machado. De su respuesta se notaba que no sabía de qué estaba hablando y que no tenía idea de quien era Juan Bautista Fuenmayor (JBF), sin lugar a dudas el marxista venezolano con mayor obra publicada.
Para conocimiento de Herrera y de otros, JBF fue un político, abogado, luchador social, profesor universitario e historiador, originario del estado Zulia. Participó en los sucesos de 1928, estuvo detenido por ocho meses en el Castillo de Puerto Cabello, donde conoce a Pío Tamayo y se inicia en el marxismo. Más tarde funda la primera célula del PCV el 5 de marzo de 1931 y permanece preso en La Rotunda por más de 5 años, luego de lo cual es expulsado a Colombia. Regresa después de la muerte de Gómez y se dedica a organizar clandestinamente al PCV; participa como Juan Pirela en la fundación de la Federación Sindical Petrolera, la Unión de Marinos Petroleros y la Unión de Trabajadores del Zulia.
Desde finales de los 30 lucha por preservar al PCV como partido autónomo de la clase obrera, enfrentando a quienes pretendían sustituirlo por Unión Popular Venezolana. En 1945 es legalizado el PCV bajo la dirección de Fuenmayor. A partir de diciembre de 1946 Fuenmayor, Jesús Faria y Gustavo Machado constituyen el Secretariado Político del PCV, creado por el “Congreso de la Unidad ”; permaneció en este órgano de dirección hasta 1951, cuando es expulsado del PCV por haber enfrentado el llamado a huelga petrolera del año anterior del partido, al considerarla parte de un golpe de Estado alentado por Acción Democrática y el Departamento de Estado y contraria a los intereses populares. Sale al exilio ese mismo año hasta 1958.
Fue electo representante por el Zulia a la Asamblea Constituyente de 1946, suscribió con reservas la Constitución del 5 de julio de 1947. En diciembre de este año fue elegido diputado al Congreso Nacional por el Zulia, pero fue despojado del cargo con la disolución del Congreso por la Junta Militar de Gobierno en 1948. Fue profesor de postgrado de historia en la UCV y en la Universidad Santa María, donde llega a ser Secretario, Vicerrector y Rector. Recibió en 1991 el Premio Nacional de Historia de la Academia correspondiente y en 1995 la Orden del Libertador.
JBF publica: “El animal y el hombre (1924), “Venezuela en marcha hacia la democracia” (1942), “Petróleo, base del futuro bienestar de la patria” (1942), “Luchemos por nuestro petróleo” con Rodolfo Quintero (1943), “El papel de la clase obrera y de los comunistas en la etapa actual” (1945), La religión y el comunismo” con Gustavo Machado (1948), “Aves de Rapiña sobre Venezuela” (1957), “Economía Política (1961), “Diversas Direcciones Filosóficas” (1965), “Principios de Economía Política” (1965), “Veinte años de política” (1968), “Teoría del Estado y el Derecho (1970), “Historia de la Filosofía del Derecho”, dos tomos (1972), “La guerra petrolera estremece al mundo” con Ricardo Martínez (1974), “Introducción a la metodología de las Ciencias Sociales” (1981), “La difusión de las ideas socialistas en las cárceles gomecistas” (1982), “La descomposición del sistema colonial mundial” (1982), “ La Constitución de 1953 y su análisis” (1984) e “Historia de la Venezuela Política Contemporánea 1899- 1969” , veinte tomos (1975-1993).
La Razón, pp A-8, 7-10-2007, Caracas.
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