Nuestra lucha no se trata de una mera elección estrecha entre opciones electorales dentro del actual régimen, sino de apostar por formas de organización económica y espiritual, cualitativamente superiores a la civilización burguesa, donde se garantiza la emancipación del proletariado y la democracia real. Es la lucha popular por la conquista de la civilización socialista, partiendo del estudio científico de las bases materiales que lo posibilitan y con el objetivo último del comunismo.

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19 de septiembre de 2014

CONTRA EL ACUERDO DE MINSK; CON EL PUEBLO DE NOVOROSSIA

Contra el acuerdo de Minsk;  Con el pueblo de Novorossia
por Mikel Ugarte (EH-Donbas komitea)
El pasado 7 de septiembre una delegación ucraniana, rusa y algunos representantes políticos de Novorussia, con mediación del Grupo de Contacto internacional para el conflicto en Ucrania, firmaban el conocido como protocolo de Minsk, un acuerdo de 12 puntos (entre ellos la desmilitarización y la concesión de estatus político especial para Novorossia) firmado en capital bielorrusa y que pretendía dar una solución diplomática al conflicto armado en Ucrania.
Extraordinaria la solidaridad con el Donbass, de claro caracter comunista y antimperialista, de un sector popular vasco.
Frente al optimismo inicial y la -a priori- siempre buena noticia de la apertura de canales de negociación que permitan un proceso de pacificación -y la atención a la catástrofe humanitaria que vive el territorio, especialmente la ciudad de Lugansk-, el pesimismo ha inundado la perspectiva sobre dicho acuerdo y la farsa que representa para resolución del conflicto: Demasiado triunfalismo y bonitas palabras, pero la cruda realidad demuestra que los ataques militares ucranianos sobre el pueblo del Donbás no han cesado.
Solidaridad en el Estadio de San Mamés de Bilbao con los antifascista del Donbass
Remitiéndonos a hechos objetivos sobre el cumplimiento de los puntos acordados en Minsk -contrastado además con la contraparte estratégica, es decir, los representantes del pueblo trabajador de Novorussia- es necesario compartir una breve reflexión y mostrar nuestra total oposición a la falsa paz y el alto al fuego acordado por oligarcas ucranianos y rusos -todos ellos al servicio de Kiev- a espaldas del pueblo de Novorussia, que tiene como objetivo el desarme unilateral e incondicional de las milicias así como la negación de las aspiraciones políticas legítimas del pueblo del Donbás. En definitiva, la hoja de ruta planteada en Minsk es simple papel mojado.
El gobierno ilegítimo y golpista de Ucrania sigue con sus operaciones de castigo en el Sureste del país. El alto al fuego es violado sistemáticamente por parte del ejército ucraniano y sus batallones neonazis. Los bombardeos contra poblaciones civiles no han cesado. La agresiva actividad de la OTAN (incluida de la nueva división azul española) preveen nuevos ejercicios militares en suelo ucraniano. En lo militar este acuerdo representa un balón de oxígeno para la junta de Kiev, que tiene como objetivo reestructurar su estrategia militar y ganar tiempo para seguir avanzando en su política de exterminio de la población del Donbás. Todo ello fruto de la existosa contraofensiva llevada a cabo, bajo mando de Igor Strelkov, por las milicias populares y el severo correctivo -y consiguiente hecatombe moral- sufrido por la tropas ucranianas.
El acuerdo de Minsk, propuesto por el régimen de Kiev, prevee un estatus regional especial de 3 años para Novorussia. Dicho estatus no solo no satisface los intereses de las Repúblicas Populares y la voluntad de sus ciudadanos, sino que además obliga a Rusia -por interés propio o como un paso táctico, interpretado por muchos como una grave traición-, en la actual coyuntura, a ceder en la idea de la federalización de Ucrania, como solución al conflicto. La solución que se propone desde Minsk, lejos de mejorar la situación no hace sino que agravar el conflicto, porque anula -y deja en entredicho- el uso de las vías democráticas como solución a la crisis y niega el poder de decisión al pueblo del Donbás, que a través de referéndum y con un 96% de votos favorables proclamó la independencia de su territorio. Además de la legitimación del golpe de estado nazi-fascista, la voluntad popular sigue siendo sistematicamente negada, y con ello las raíces políticas del conflicto. Por lo tanto, sin en el reconocimiento de los resultados del referéndum de mayo cualquier solución diplomática se antoja imposible.
Existe además otro gran problema con el citado estatus regional especial propuesto por el dictador oligarca Poroshenko para el Donbás: este no contempla su aplicación a todo el territorio de la Unión de Repúblicas Populares de Novorrosia, sino que sólo se aplicaría en los territorios actualmente bajo control de las milicias. Una solución que sin duda niega tanto la voluntad conjunta -como sujeto nacional- del pueblo de Novorossia así como el derecho a su integridad territorial.
Otro dato a tener en cuenta -en pos de la resolución del conflicto- es la posición que las estructuras políticas, sociales y militares novorrusas mantienen sobre el acuerdo. En palabras de dos de los principales lideres milicianos, los comandantes Igor Strelkov y Alexei Mozgovoy, o políticos como Paul Gubarev (a priori politicamente cercano al goberno ruso -o al menos esa es la imagen que los medios occidentales tratan de transmitirnos-) este acuerdo es una traición de los oligarcas corruptos al pueblo de Novorossia, y gracias a la cual -debido a la “prohibición” de ruptura del alto al fuego por parte de las milicias, debido a su firme compromiso con la paz- blindados ucranianos estarían penetrando en Donetsk y recuperando algunas posiciones claves. Tanto Gubarev, como los lideres milicianos señalan como culpables a los negociadores rusos y denuncian que “el protocolo de Minsk ha sido firmado a espaldas del pueblo y de los milicianos de Novorussia”.
Ante la farsa de Minsk y sin tener una fórmula exacta para la paz, parece que el diálogo y la negociación se antojan como único camino para solución del conflicto ucraniano, pero no a cualquier precio: El único acuerdo posible pasa por el reconocimiento de las Repúblicas Populares que el pueblo del Donbás proclamó y constituyó democraticamente a través de referéndum. El derecho a la autodeterminación es universal e innegociable.


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