Nuestra lucha no se trata de una mera elección estrecha entre opciones electorales dentro del actual régimen, sino de apostar por formas de organización económica y espiritual, cualitativamente superiores a la civilización burguesa, donde se garantiza la emancipación del proletariado y la democracia real. Es la lucha popular por la conquista de la civilización socialista, partiendo del estudio científico de las bases materiales que lo posibilitan y con el objetivo último del comunismo.

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4 de noviembre de 2007

90 Aniversario: Concentración en Madrid: "Ellos abrieron el camino. La lucha continúa"

Toma del Palacio de Invierno: el asalto de los cielos


Concentración Sábado 10 de noviembre.
18’30 h. Puerta del Sol. Madrid.




Manifiesto:

Hace 90 años los explotados de un inmenso país, Rusia, asombraban al mundo realizando lo que a muchos parecía imposible: tomar las riendas de su futuro, alcanzar las cimas del poder desde el que transformar sus vidas acabando con sus miserias, asaltar los cielos. Dirigidos por el Partido bolchevique, los obreros rusos tomaban el Palacio de Invierno el 25 de Octubre de 1917 (7 de Noviembre en el calendario occidental), derrocando al gobierno burgués, proclamando la República Soviética y abriendo el camino a las más grandes conquistas que los trabajadores y los pueblos hayan alcanzado jamás. Se había dado un vuelco a la historia: los explotados estaban al frente de la sociedad.

El socialismo pasó de la teoría a la realidad. El poder en manos de trabajadores y campesinos a través de los soviets (consejos), la elección democrática de los representantes políticos, la revocación de cargos, etc. demostraba que los explotados pueden organizar y administrar la sociedad, que la democracia socialista es muy superior a la falsa democracia del capital. Las primeras medidas del poder soviético fueron los decretos de la paz y de la tierra: se sacó al país de la sangría de la guerra imperialista y se entregó la tierra a los campesinos. Los logros fueron inmensos. Pese a la permanente agresión y el boicot, se alcanzó un gran desarrollo económico y social, se nacionalizaron los bancos, la industria, el transporte y el comercio exterior, se estableció la planificación de la economía con la participación de soviets, sindicatos y órganos populares, se acabó con el desempleo, se incrementaron los salarios, se redujo la jornada laboral. La vivienda estaba asegurada para todos, el aumento de la educación y la mejora de las condiciones de vida de obreros y campesinos fueron notables. Se puso fin al analfabetismo, la enseñanza y la sanidad eran gratuitas para todo el pueblo. Se ejerció una efectiva solidaridad con los trabajadores y pueblos del mundo, lejos de exprimirlos y vivir de ellos, como hacen las potencias imperialistas. Se había acabado con el gran atraso social y cultural que arrastraba Rusia, gracias al proyecto de emancipación de los pueblos que representa el socialismo.

Todo esto se llevaba a cabo con el objetivo de acabar con toda explotación y conquistar el socialismo en todo el mundo. Y su influencia en las luchas de los trabajadores y los pueblos de todos los países hasta hoy ha sido notable. El triunfo sobre el fascismo fue posible gracias a los avances del socialismo, al desarrollo de la URSS, a la abnegada lucha del ejército y el pueblo soviéticos, que dejaron en ello la vida de 20 millones de personas. El triunfo de la Revolución soviética significó un considerable avance de las luchas obreras y la constitución de partidos comunistas y obreros en casi todos los países. Grandes conquistas de los trabajadores en todo el mundo se deben a su impronta. Se fortaleció la lucha obrera y se imprimió un gran impulso a las luchas de liberación nacional y antiimperialistas. Se impulsaron procesos revolucionarios y socialistas en gran parte del mundo. Además, se puso freno a las agresiones militares y a las amenazas nucleares de los imperialistas contra los pueblos. Y hay que destacar la ingente ayuda de todo tipo a los países oprimidos, incluso acogiendo refugiados, estudiantes, etc. en la propia URSS. La ayuda a la II República, a la lucha contra el fascismo en la guerra civil española y a los exiliados republicanos es uno de los grandes legados del pueblo revolucionario soviético, que es necesario recordar de manera especial en estos momentos en que la derecha más reaccionaria pretende hacer olvidar los crímenes franquistas y la socialdemocracia y el reformismo no se atreven a enfrentar resueltamente.

La Revolución Rusa supone un gran ejemplo para los trabajadores y los pueblos oprimidos para luchar por su liberación. Es una palpable demostración de la salida revolucionaria de la guerra y del yugo imperialista. Sigue siendo necesario luchar sobre la base de lo aprendido en la gran experiencia de quienes nos precedieron. Los principios de la Revolución Rusa, su elevado objetivo de liberar a la clase obrera y, con ella, a toda la humanidad, de las cadenas de la explotación y la opresión, de acabar con la existencia de las clases y de todas las desigualdades sociales, siguen teniendo vigencia y actualidad. Hoy más que nunca, las crecientes agresiones del imperialismo y de las viejas fuerzas del capital mantienen al día, con urgencia, el valor de los procesos revolucionarios. En este sentido, debemos denunciar la gran campaña anticomunista y de tergiversación de hechos históricos que se lleva a cabo desde los gobiernos, organizaciones y medios de comunicación capitalistas. Y condenamos del mismo modo la persecución creciente de comunistas, progresistas y gentes que pelean por sus derechos, así como de aquellos pueblos que luchan por su emancipación. Los herederos del nazismo y el fascismo, o del propio franquismo en este país, pretenden manipular los hechos y las conquistas del socialismo, criminalizándolo y atacando así toda expresión de lucha o de resistencia obrera y popular y eludiendo su propia responsabilidad en la guerra, el hambre y la miseria. Es necesario acabar con los procesos de ilegalización y represión de partidos comunistas y obreros, como en el caso de la República Checa o Lituania, a pesar de su pertenencia a la “democrática” Unión Europea. Y en ello están en juego, una vez más, los derechos democráticos, porque, por esa vía, se acaba cediendo el terreno a la más infame persecución y represión del movimiento obrero, de los que luchan por derechos democráticos y de todos los progresistas, como se está viviendo en Polonia.

Temen a los comunistas y al desarrollo de las luchas populares. Temen la revolución, porque saben lo que significa: la pérdida de sus privilegios, el fin de la injusta jerarquía en que unos pocos viven a costa de la explotación de la mayoría. La Revolución Socialista soviética fue una muestra de la liberación revolucionaria de la clase trabajadora y los sectores populares. Por eso siempre han utilizado todas sus armas contra la propia Rusia soviética, los países socialistas o antiimperialistas de todo el mundo, contra Cuba, Venezuela, Bolivia, el Chile de Allende o contra nuestra II República. El movimiento comunista siempre ha sido ejemplo y garantía de resistencia y de combate contra la reacción y por los derechos y la liberación de los pueblos y de los trabajadores, como la historia ha demostrado en Rusia y en todo el mundo y, en nuestro país, en la República o la lucha contra el franquismo.

La situación actual internacional y en el Estado Español reclama continuar la lucha. Contra la creciente reaccionarización y recorte de derechos, contra la fascistización que va en aumento, contra el incremento del racismo, la represión, la pauperización, la corrupción y degeneración social, la indefensión, la miseria que nos corroe cada vez más. Para acabar con tanta ignominia de guerras, miseria y explotación. Hay razones objetivas para retomar la gran batalla y el ejemplo de los bolcheviques. Ellos abrieron el camino. Hoy, la lucha continúa. El futuro es de los trabajadores.




Concentración Sábado 10 de noviembre.
18’30 h. Puerta del Sol. Madrid.




Convocan: AIA, Asociación Pablo de la Torriente Brau, CAUM, CJC, Colectivo Comunista Pensamiento Crítico, Colectivo de Ciudad Lineal por la III República, Comunistas 3, Coordinadora Estatal de Solidaridad con Cuba (Madrid), Corriente Roja, Izquierda Castellana, JCE(m-l), PCE(m-l), PCPE, Plataforma de Ciudadanos por la República, UJC-Madrid, Unión Proletaria.

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