Nuestra lucha no se trata de una mera elección estrecha entre opciones electorales dentro del actual régimen, sino de apostar por formas de organización económica y espiritual, cualitativamente superiores a la civilización burguesa, donde se garantiza la emancipación del proletariado y la democracia real. Es la lucha popular por la conquista de la civilización socialista, partiendo del estudio científico de las bases materiales que lo posibilitan y con el objetivo último del comunismo.

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30 de septiembre de 2008

Dinámica de acumulación de capital y crisis

La dinámica de la acumulación de capital

http://www.eumed.net/cursecon/libreria/2004/rk/rk.htm

Alan J. Cage

Introducción

El dinámico proceso capitalista se caracteriza por la búsqueda de beneficios de sus actores dominantes: los empresarios. Los primeros economistas clásicos pensaban que esto era suficiente para que el crecimiento económico fuera continuo y generara riquezas para todos sus participantes.
Y ciertamente es un hecho indisputado el que la sociedad en que vivimos se ha caracterizado por la generación de bienes sin precedentes en la historia humana, aún cuando sea más discutible como ha sido la participación en esas riquezas.
Pero este crecimiento en el largo plazo ha sido el resultado de períodos de fuerte aumento de la producción de bienes alternándose con períodos de importante decrecimiento, períodos estos últimos que denominamos crisis o depresiones. Las fluctuaciones de crecimiento y crisis, esto es los ciclos económicos y en particular los de “onda larga”, son el objeto de nuestro estudio. La dinámica de los ciclos cortos, ciclos de inventarios de 3 a 5 años resultantes de los ajustes del desequilibrio de oferta y demanda sobre una trayectoria de crecimiento endogenamente generada por la tasa de beneficio, y de los ciclos medianos del orden de una década producto de los ajustes entre la oferta y la capacidad instalada, están fuera del alcance del presente trabajo.
Las crisis son fases claves del ascendente y oscilante espiral de generación de riquezas: las fuerzas que provocan el crecimiento también crean las condiciones necesarias para las crisis. Y de las mismas depresiones surgen los remedios que permiten retomar el crecimiento. Las crisis generales son consecuencias de la acumulación del capital y como son intrínsecas al sistema capitalista, no pueden ser explicadas (o evitadas) por circunstancias históricas particulares tales como regímenes regulatorios, sistemas de innovación o un comportamiento competitivo especial. Pero las crisis no han resultado hasta el presente en una ruptura final del sistema: el capitalismo puede recobrarse y así lo ha hecho en cada ocasión.
¿Por qué se generan estas crisis si todos los empresarios están buscando incrementar sus negocios para aumentar sus ganancias? ¿Por qué en la historia del capitalismo los períodos de rápida expansión se alternan cíclicamente con períodos de recesión? ¿Son las crisis inevitables?
La variable clave que explica las fluctuaciones cíclicas es la ganancia de los empresarios, el indicador que es el hilo conductor del proceso de crecimiento y crisis es la variación en la tasa de beneficio de los empresarios. Y los motivos por los que los beneficios y la rentabilidad varían con el tiempo son internos (endógenos) al sistema.
En la sección I hemos visto la doble y relacionada tendencia de disminución de la tasa de ganancia y el aumento de la productividad laboral, incremento que desplaza mano de obra ocupada.
La búsqueda de menores costos totales lleva al empresario a cambiar la técnica de producción invirtiendo en maquinaria. Esta inversión por una parte reduce la mano de obra necesaria para obtener el producto final. Por la otra aumenta el capital constante utilizado en un monto menor que la mano de obra ahorrada por período (por esto logra un ahorro de costos) pero el total de la inversión es mayor que el monto de mano de obra ahorrada por período. Esto incrementa entonces el capital que el empresario debe adelantar para realizar la producción.
Si el empresario es el pionero en adoptar la nueva técnica de producción obtendrá beneficios extras mientras el precio de venta se mantenga. Pero el precio de venta del producto cae al generalizarse la técnica y disminuir los costos de todos los productores, con lo que el margen disminuye para todos, incluso con respecto a la situación original. El empresario encuentra que luego de un lapso de ganancias extraordinarias, los beneficios retroceden pero ahora con un mayor capital adelantado.
A partir de estas consideraciones planteémonos el ciclo económico.
En una primera etapa, cuando la técnica empleada es rudimentaria, la mano de obra (capital variable) utilizada es alta en relación con las maquinarias (capital constante) que se disponen. En estas condiciones, la intensificación en el uso de maquinarias permite un aumento de la productividad que aumenta los beneficios en valor absoluto y la tasa de beneficio. Este beneficio incrementado al ser reinvertido amplía la repetición del proceso de producción, utilizando en esta etapa más mano de obra total aunque sea menor por unidad producida. Pero esto también implica una mayor cantidad de capital constante en relación con el capital variable utilizado. Y este crecimiento del capital constante, maquinaria y materias primas, es más rápido que el incremento del capital variable por lo cual se tiende a reducir la masa laboral con respecto al capital constante utilizado. Los efectos del progreso tecnológico intensifican el aumento del capital adelantado y la disminución de la mano de obra empleada.
En otras palabras, tenemos dos efectos contrapuestos: en esta fase el proceso de crecimiento implica mayores excedentes apropiados por el empresario, en cuanto reproduce y amplia su producción. Pero cada vez debe utilizar más capital para lograr esos excedentes.
Al paso del tiempo y al repetirse ampliándose el circuito de producción, las ganancias continúan aumentando pero a una velocidad cada vez menor con respecto al capital que el empresario debe adelantar, las ganancias provienen de los excedentes producidos por el trabajador que son mayores con mayor productividad laboral, pero las mejoras de productividad siguen una tasa decreciente: a mayor productividad las mejoras en forma porcentual son menores.
De esta forma la tasa de beneficio se reduce. Este descenso de la tasa de ganancias es compensado, en la etapa inicial del proceso, por el crecimiento del ciclo económico que permite producir y comercializar más productos. Pero la mayor inversión de capital necesaria, como se ha comentado, termina haciendo descender la tasa de beneficio y el beneficio mismo. Esta disminución puede ser momentáneamente contrarrestada por el abaratamiento de las mercancías, tanto las de subsistencia como los medios de producción, pero el contrapeso es insuficiente ante la magnitud del incremento en capital constante que caracteriza al sistema económico en su búsqueda de beneficios.
Dado el descenso progresivo de la tasa de ganancia, solamente un aumento también progresivo y superior de la tasa de acumulación puede arrojar un aumento de la masa total de ganancias. Pero tan pronto como la tasa de acumulación deja de aumentar a los ritmos requeridos, se reduce sustancialmente la masa de excedentes disponible. Y en la medida que la tasa de beneficio se reduce cada vez es menos conveniente reinvertir en la producción: llega un momento en que dadas las pocas posibilidades de obtener un retorno para la inversión el dinero se retiene en colocaciones bancarias o crece la inversión financiera especulativa que es ahora más rentable o se envía el capital al exterior en busca de mayor rentabilidad o seguridad, por lo que desaparece la inversión productiva. El empresario comienza a producir menos y por tanto contrata menos mano de obra y compra menos materia prima. Pero además no actualiza sus técnicas de producción, no invirtiendo en maquinarias: es la tasa de beneficio la que regula la demanda de inversión y por lo tanto la demanda total. Pero esto también implica una reducción de la cantidad de excedente que se crea y por tanto ya no de la tasa de beneficio sino del beneficio mismo, ahora son las ganancias y no su monto relativo al capital adelantado las que se reducen.
La desocupación aumenta y con ello disminuye la demanda de bienes de consumo debido al menor poder adquisitivo de la población. Los trabajadores son importantes para el empresario porque son quienes suministran sus energías y habilidades para la producción de bienes materiales. Pero también lo son, considerados en general, porque son quienes consumen mayoritariamente (por su gran número en relación con los empresarios) los productos fabricados por las empresas. La desocupación implica por una parte la disminución de la cantidad de trabajadores que cobran un salario y tienen poder de compra, por la otra los trabajadores que continúan empleados ven reducidos sus salarios debido a un menor poder de negociación. Estos efectos amplifican la crisis pero no la han creado: la causa original ha sido el proceso de cambio descrito que implica la disminución de la tasa de beneficio[i].
La disminución de la demanda, la de inversión y la de consumo, provoca la pérdida de rentabilidad de otras empresas que no estaban inicialmente afectadas por la crisis, se produce una caída de los precios y de los volúmenes comercializados que disminuye los beneficios de estas industrias y aumentan la gravedad de la crisis. Adicionalmente el sistema de créditos es minado por la alta exposición al riesgo que se produce, contrayéndose y amplificando la crisis. El sistema monetario estalla incrementando el caos económico y social.

[i] El sentido de la relación causal es el aquí enunciado y se contrapone a la línea de explicación que ve en la disminución de la demanda (“el problema de realización” o de subconsumo) el hecho causal y la caída de la tasa de beneficio la consecuencia. En forma similar, una línea de explicación ve en la lucha distributiva por la apropiación de beneficios y salarios, la causante de la dinámica de crecimiento y crisis. En Moral Santín (1986), Howard y King (1988) y Kliman (1999) se pueden encontrar la presentación y las refutaciones tanto a la postura del subconsumo que reconoce a Rosa Luxemburgo como la precursora y a Keynes, como el gran teórico de la demanda; como a la del “profit squeeze” cuyo modelo matemático desarrollara Goodwin y que puede encontrarse en Veneziani (2001) y Aguiar (2001)

Consecuencias de las crisis y recuperación


Las crisis son un importante método de ajuste de desequilibrios propios de un sistema que, al estar basado en la búsqueda de las ganancias individuales, se caracteriza por la descoordinación de la producción de los distintos bienes. La fase de crecimiento ha llevado a un exceso de capital constante, en el que han invertido los empresarios para reproducir y ampliar la producción y comercialización de productos y para bajar costos para competir, todo lo que implicó la disminución de la tasa de beneficio de las empresas.
Los efectos (y la duración) de la crisis son variados pero todos ellos restituyen rentabilidad a los negocios, lo que conduce a un nuevo período de crecimiento:
a) en el período de crisis los empresarios no invierten, ya que no hay rentabilidad, ni aún para reponer el desgaste de las maquinarias utilizadas. Al pasar el tiempo disminuye el capital constante debido a la depreciación y mejora la rentabilidad, dando lugar a la posibilidad de nueva inversión. Pero además el capital fijo en términos físicos se ha desgastado con lo que se hace necesaria su reposición. La nueva demanda de inversión provoca la suba de la tasa de rentabilidad en otros sectores industriales.
b) quiebran los empresarios menos competitivos, sea porque sus técnicas o sus escalas de producción implican mayores costos que la competencia, sea porque su capacidad financiera es débil y la retracción de ventas, baja de precios y dificultad de financiamiento se potencian negativamente. Las quiebras provocan la destrucción y venta de capital constante. La desaparición de estos empresarios deja cuota de mercado para los que continúan, que ven aumentada su escala y como consecuencia, su rentabilidad. Si su escala es aumentada en forma importante, deberán invertir en nuevo capital constante (maquinaria y materias primas) para satisfacer la demanda, lo que también impulsará la economía.
c) disminuye el salario real, producto del aumento de la desocupación y de políticas específicas de los gobiernos. La rentabilidad aumenta al disminuir los costos de mano de obra, aún cuando los precios de los productos hayan disminuido[i].
d) el marco institucional cambia: por un lado el Estado (dominado por el capital, que según el país y la época varían los sectores dominantes dentro del mismo ya sea el capital industrial, comercial y/o financiero, nacional y/o extranjero) invocando la gravedad de la situación toma medidas de emergencia que se traducen en un aumento de rentabilidad de las empresas, ya sea catalizando la baja del salario real ya comentada, ya sea transfiriendo recursos por medio de incentivos, baja de impuesto, etc. a los empresarios. Por otro lado los empresarios en sus estrategias y aprendiendo sobre el pasado, cambian su forma de hacer negocios hacia maneras más eficientes o cambian de ramas industriales hacia las más prometedoras en la nueva situación, etc.
e) nuevas técnicas de producción surgen de las crisis, en la búsqueda de cambios que mejoren la rentabilidad. Además técnicas de punta que se venían desarrollando con anterioridad a la crisis pero que no se habían incorporado a los procesos productivos por los costos de conversión o por razones institucionales, encuentran ahora su oportunidad al haberse desgastado buena parte de las maquinarias existentes y al haber cambiado el marco institucional.
Los empresarios que sobreviven a la crisis y empresarios nuevos que se incorporan desde el exterior comienzan un nuevo período de expansión, motivado por la recuperada rentabilidad a que lleva los cambios descriptos. La fase expansiva impulsa el crecimiento de la economía en la medida de que el circuito de producción se repite y se amplía constantemente, lo que implica mayor inversión, más trabajo y más consumo, a la vez que la búsqueda de una mayor ganancia implica cambios de técnicas que conllevan inversión y aumentan la productividad, creando así con el paso del tiempo las condiciones para una nueva crisis.
En resumen, la tasa de ganancias es el hilo conductor de la explicación del crecimiento y de la crisis. Pero la tendencial caída de la tasa de beneficio no se desarrolla en términos lineales y constantes: desciende gradualmente en períodos de crecimiento, se hunde repentinamente con el desencadenamiento de la crisis, se recupera sustancialmente una vez que se completa la destrucción de capitales y la baja del salario y se relanza el crecimiento. A partir de esta fase del ciclo la tasa de beneficio reinicia su descenso gradual.
Hasta aquí nuestras consideraciones se han enfocado en una economía cerrada. Si ahora examinamos como funciona una economía capitalista abierta al exterior, que es la norma general, existen mecanismos que pueden retardar estos efectos por fuera de este ciclo que hemos descripto: el comercio internacional y la exportación de capital son posibles compensaciones a la tendencia decreciente de la tasa de beneficio. Las importaciones de materia primas y alimentos reducen a la vez el capital constante y el capital variable. La exportación de capital puede incrementar la tasa de beneficio si las inversiones se realizan en áreas donde la composición orgánica es baja y la tasa de beneficio alta con respecto a la economía doméstica. Pero estas compensaciones, que se dan particularmente en los países desarrollados, pueden amortiguar pero no cambiar la tendencia general.
Hemos mencionado el tema de los salarios refiriéndonos a su disminución como consecuencia de la crisis. Ahora que hemos descrito el ciclo económico completemos la caracterización de su evolución, la cual no es independiente del proceso que hemos analizado. En las etapas de crecimiento los salarios reales se elevan, debido a que el aumento del uso de maquinarias (capital constante) intensifica el proceso laboral por lo que las necesidades de consumo de los trabajadores se incrementan, debido al mayor desgaste físico y a las necesidades educativas que las nuevas técnicas de producción conllevan[ii].
Pero una vez que el crecimiento se transforma en crisis e incluso desde antes, al ver disminuir su tasa de beneficio, el empresario busca reducir los salarios para recuperar sus ganancias. Esta reducción la logra el empresario no sin exacerbar las luchas de clase y con la intervención del Estado a su favor, como veremos en la siguiente sección. Así las crisis conllevan una fuerte agudización de la tensión social, que mayor será cuanto mayor sea la crisis del sistema[iii].
La corroboración empírica de los ciclos económicos aquí descriptos es una tarea compleja dado el largo período histórico que debe ser analizado, con lo que los datos se hacen cada vez menos confiables al retrotaernos en el tiempo y hay que trabajar con estimaciones posteriores de autores modernos, y por la dificultad ya anotada con respecto al Producto Bruto Interno como medida de la generación de riqueza de un país.
Sin embargo, como se ha comentado en la sección I, Shaikh y Tonak (1994) han constatado las variaciones en la tasa de beneficio en el pasado reciente, corrigiendo estadísiticas oficiales con extremo e inteligente cuidado para generar una serie de valores adecuada a los criterios de los economistas clásicos, encontrando una disminución entre 1948 y 1980 del 33% y una recuperación parcial del 8% entre 1980 y 1989. La cantidad de excedentes y los beneficios crecen fuertemente en el período, en consonancia con las predicciones teóricas, a pesar de lo cual la rentabilidad disminuye. El período es breve en relación a nuestro objetivo pero alcanza a reflejar uno de los ciclos a que nos referiremos en el próximo apartado. Dumenil y Levy (2001) han determinado el comportamiento cíclico tanto de la tasa de beneficio como de la tasa de crecimiento económico para un período extenso ( 1869 – 1997), aunque esta última con periodicidades claras pero no exactamente coincidente con el análisis aquí expuesto. Berry (1991) también constata ciclos similares, con un procesamiento de datos alejado de la estadística habitual, profundiza en el perfil de las fases ascendentes y descendentes y argumenta otros determinantes para los mismos. En todos los casos citados el análisis cuantitativo se ha realizado para los Estados Unidos de América.
Pasando a un análisis cualitativo, la historia económica nos brinda la oportunidad de constatar los ciclos económicos aquí descriptos. Las crisis del sistema económico no dejan dimensión de la sociedad sin afectar y sus resoluciones, esto es la vuelta al crecimiento, implican cambios importantes en las estructuras del sistema aún cuando no cambien su funcionamiento básico. Estos cambios que se han dado en la historia del capitalismo, la sucesión de perídodos de crecimiento alternados con años de profundas crisis, son los que analizaremos en el próximo apartado.

[i] Se puede distinguir entre productos transables y no transables, esto es que por sus características compiten o no en los mercados internacionales. La disminución de los precios reales internos, de productos no transables, del país es mucho mayor que la de los productos que se importan o exportan.

[ii] Galor y Moav (2001) describen esta relación causa efecto, aplicado al desarrollo de la educación pública y universal a finales del siglo XIX. Los salarios pueden además crecer por encima del salario de subistencia con el grado de educación que la técnica implica, las crisis económicas los vuelven a su nivel básico y a veces aún por debajo del mismo. Dobb (1975) clarifica los límites de los salarios en el sistema capitalista: “el precio de la fuerza de trabajo puede elevarse por encima (o en circunstancias especiales caer por debajo) de su valor, no sólo de manera temporal sino también permanentemente, en la medida en que las condiciones de un mercado puro de trabajo fueran modificadas o perturbadas, como en la contratación colectiva sindical… El ejército industrial de reserva desempeña una función crucial para que el sistema restrinja la tendencia a la elevación de los salarios frente a los progresos de la acumulación de capital…el alza de salarios se ve confinada dentro de los límites que dejan intacto los fundamentos del sistema capitalista”.

[iii] Un mecanismo importante para la reducción de los salarios reales en los países centrales del sistema capitalista es reducir los costos de los bienes necesarios para subsistir. Esto se ha logrado, en varios periodos de la historia del capitalismo, mediante una mayor productividad en las ramas industriales que suministran bienes de consumo e importando (o tomándolos directamente en la época colonialista) de las economías periféricas que proporcionan alimentos a un valor menor al que exigiría su producción en los países centrales.)

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