Nuestra lucha no se trata de una mera elección estrecha entre opciones electorales dentro del actual régimen, sino de apostar por formas de organización económica y espiritual, cualitativamente superiores a la civilización burguesa, donde se garantiza la emancipación del proletariado y la democracia real. Es la lucha popular por la conquista de la civilización socialista, partiendo del estudio científico de las bases materiales que lo posibilitan y con el objetivo último del comunismo.

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8 de septiembre de 2012

PC de México: Saludamos el diálogo para la solución política al conflicto social y armado en Colombia.



Buró Político del Comité Central / Partido Comunista de México
www.comunistas-mexicanos.org      e-mail:   comunista@prodigy.net.mx


 El Comité Central del Partido Comunista de México saluda la posibilidad de una solución política al conflicto social y armado que vive el pueblo colombiano desde hace varias décadas. 
En los intentos que precedieron esta oportunidad para el diálogo y la paz, las FARC-EP honraron siempre su palabra, y fueron recurrentemente los distintos gobiernos quienes demostraron la ausencia de voluntad real para cumplir los acuerdos, optando siempre por prolongar la vía militar, con elevado costo para la población. Al ritmo del discurso de los centros imperialistas se colocó a las FARC-EP en el listado de organizaciones terroristas en la UE y en los EEUU, se les criminalizó y se levantó en su contra una gran campaña calumniosa, sin parangones en la historia. Se promovió la intervención directa del Comando Sur de los EEUU y la instalación de bases militares en Colombia y la región. Se implementó en su contra el Plan Colombia. La guerra más despiadada contra el pueblo colombiano sobrevino tras la traición gubernamental a los diálogos de San Vicente del Caguán: paramilitares asolando poblaciones y asesinando con motosierras a hombres, mujeres, niños y ancianos; falsos positivos, bombardeos. Son decenas de miles las víctimas de militares y paramilitares. Se suma al drama el fenómeno consustancial del desplazamiento de poblados enteros.
 El gobierno de Álvaro Uribe, obcecado con el terrorismo de Estado y promotor de su internacionalización, es un criminal de guerra que no puede ser olvidado y al que poco importó el derecho internacional y la soberanía de otros países: transgrediendo fronteras extendió las manos de la policía política, el espionaje, el secuestro, e inclusive la agresión militar, como en Sucumbíos, Ecuador, donde fueron asesinados por los comandos del ejército colombiano cuatro jóvenes mexicanos, conocidos y reconocidos por su incansable labor para la solución política y la paz del pueblo colombiano. 
La muerte de los comandantes Manuel Marulanda, Raúl Reyes, Ivan Ríos, Jorge Briceño  y Alfonso Cano, junto a cientos de combatientes, los camaradas presos, los extraditados a los EEUU, han mostrado una realidad: que las raíces de las FARC-EP son tan profundas que es imposible destruirlas. Bien lo expresó el comandante Mauricio Jaramillo, precediendo al discurso del Comandante en Jefe Timoleón Jimenéz: “la resistencia colombiana hace parte del torrente de los pobres del mundo por una vida digna, producto del trabajo y en paz”. 
Estamos convencidos que las FARC-EP son una fuerza indestructible porque representan a las clases sociales que son el futuro de su patria y del mundo, a los hoy explotados, los de abajo, los que con su esfuerzo y anónimo sudor siembran, construyen, producen; porque representan a los trabajadores del campo y la ciudad. Hay países que no viven una guerra civil y no tienen paz.
 La paz es resultado de algo más que el fin de operaciones militares de las partes involucradas. Paz es justicia social, participación popular. El poder de los monopolios, de la minoría, de la oligarquía, siempre significará violencia contra las mayorías explotadas y oprimidas. 
El acompañamiento internacional debe constituirse en una garantía para evitar que nuevamente el gobierno traicione. Llamamos la atención sobre la demanda de que el diálogo debe acompañarse de la libertad de los más de 7000 presos políticos. De plenas garantías para que el pueblo se involucre. De que efectivamente se castigue a los responsables del terrorismo de Estado y de los crímenes de guerra cometidos por militares y paramilitares, entre ellos los de Álvaro Uribe -que está muy interesado en que la actual posibilidad no prospere y se frustre-. 
 El Partido Comunista de México insiste en que debe ser reconocido el estatus de fuerza beligerante a las FARC-EP. Llamamos la atención sobre el acento que con justeza coloca Timoleón Jimenéz, Comandante en Jefe de las FARC-EP, en el indispensable involucramiento del pueblo, de los de abajo, de los trabajadores, de los hacedores de la historia, de las fuerzas sociales que apuntan al futuro. Con el pueblo colombiano en marcha por la paz, deben estar los pueblos del continente para cerrar el camino a los provocadores y partidarios del terrorismo de Estado y llenar las avenidas de multicolores banderas de libertad, democracia, justicia social. Con gran atención, igual que lo hacen los pueblos del continente y el mundo, seguiremos el desarrollo de los diálogos. La mesa del diálogo no la vemos desde un sitio neutral, sino del lado en que siempre nos colocamos, de la verdad, es decir del pueblo y de las FARC-EP, del lado donde está el legado  del Libertador, Simón Bolívar.

¡Proletarios de todos los países, uníos!Buró Político del Comité Central 

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