Nuestra lucha no se trata de una mera elección estrecha entre opciones electorales dentro del actual régimen, sino de apostar por formas de organización económica y espiritual, cualitativamente superiores a la civilización burguesa, donde se garantiza la emancipación del proletariado y la democracia real. Es la lucha popular por la conquista de la civilización socialista, partiendo del estudio científico de las bases materiales que lo posibilitan y con el objetivo último del comunismo.

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6 de junio de 2006

Desesperación y rabia de los campesinos sin tierra brasileños


El Brasil capitalista es uno de los estados más injustos y desiguales del Mundo. Una poderosa oligarquía disfruta de un poder y de un lujo inimaginables mientras millones pasan hambre. La tierra está asimismo desigualmente repartida. El gobierno de derechas del antiguo sociólogo de izquierdas arrepentidos Fernando Henrique Cardoso entregó más tierra a los campesinos pobres que el gobierno socialdemócrata de Lula vendido a los banqueros y terratenientes. El ministro de la reforma agraria corresponsable con Lula del fraude a los millones de campesinos sin tierra es el dirigente troskista Rosetto que pertenece al Secretariado Unificado de la IV Internacional, misma corriente mundial a la que pertenecen el Espacio Alternativo de Miguel Romero y Jaime Pastor en el estado español (ex LCR) y la LCR de Besancenot en Francia.
A pesar de que el gobierno Lula ha ganado con subvenciones el apoyo del sindicato CUT y del Movimiento de los Campesinos sin Tierra (MST), un sector independiente de los campesinos pobres ha mostrado su rabia, frustración y desesperación en la Cámara de los Diputados en Brasilia. El presidente de la Cámara es Aldo Robelo, dirigente del Partido Comunista del Brasil (PCdoB), antigua escisión de línea albanesa del viejo PCB, partido que integra y apoya el gobierno de Lula habiendo evolucionado a posiciones más moderadas. Pensamos que debería haber apoyado las reivindicaciones campesinas.
Mientras en Bolivia y Venezuela verdaderos gobiernos populares emprenden reformas agrarias y encabezan las demandas justas del campesinado, en Brasil la política en favor de los terratenientes de Lula y su ministro troskista consolida la injusticia social.
En Brasil tanto los comunistas como los sindicatos de clase, los movimientos campesinos y los movimientos populares tienen delante la tarea de reconstruir la fuerza política que construya la Democracia, es decir, el Socialismo.

Foto: Los valientes campesinos sin tierra muestran la bandera de su organización en el interior de la Cámara. Ahora están detenidos. Buscan justicia, tierra y libertad.