Por qué la RDPC rechaza la resolución de la ONU
Workers World Online
Publicado el 19 de julio de 2006
[Traducción: J.C. Álvarez]
La capitulación de todos los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ante la presión del imperialismo estadounidense, aprobando una resolución de condena de la República Democrática Popular de Corea, ha conducido a una grave situación no sólo en la península coreana, sino en toda Asia. Ello sólo puede despertar los apetitos de los imperialistas y lanzarles a una ulterior agresión. La península coreana fue invadida en el pasado tanto por Japón como por los EEUU. La RDPC, que tiene los intereses más válidos en materia de seguridad, es sistemáticamente demonizada por los medios de comunicación imperialistas; su voz se escucha raras veces o nunca en los Estados Unidos y Occidente. Hemos decidido, por lo tanto, dedicar nuestro espacio editorial de esta semana a reimprimir por entero la siguiente declaración del Ministerio de Asuntos Exteriores de la RDPC, publicada el 16 de julio, al día siguiente del voto del Consejo de Seguridad.
La hostil y despiadada política de los Estados Unidos hacia la RDPC, así como la irresponsabilidad del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, han creado una situación sumamente peligrosa en la Península Coreana, donde la soberanía de la nación coreana y la seguridad del estado han sido gravemente infringidos.
Recientemente los EEUU han armado un gran alboroto, después de trasladar la cuestión de los lanzamientos de misiles --realizados por nuestro ejército como parte de la instrucción militar rutinaria para la autodefensa-- a las Naciones Unidas, bajo la divisa de actuar con una sola voz. Con este trasfondo, los EEUU obligaron a las Naciones Unidas a adoptar una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en la que se considera peligroso nuestro ejercicio del derecho a la autodefensa, el día 15 de julio.
La resolución patrocinada por los EEUU llamaba a la presión internacional para desarmar a la RDPC y para ahogarla, calificando los lanzamientos de misiles --que entran dentro de nuestro derecho a la autodefensa-- como "una amenaza para la paz y la seguridad internacionales".
Al actuar así, los EEUU pretendían describir el conflicto entre la RDPC y los EEUU como un conflicto entre la RDPC y las Naciones Unidas, y crear una alianza internacional contra la RDPC.
Lo anterior ha traído consecuencias serias, tales como la grave violación de la dignidad y la soberanía de la RDPC, y ha llevado la situación hasta un punto de tensión extrema, amenazando así seriamente la paz y la seguridad en la península y en el Noreste de Asia.
Fue un acto completamente irrazonable y de bandolerismo que los EEUU trasladaran a las Naciones Unidas la cuestión de los lanzamientos de misiles de la RDPC --los cuales no contradecían ninguna ley internacional--, después de estigmatizarlos como una violación de la legalidad.
Esta vez los EEUU intentaron hasta el último momento aplicar el Capítulo 7 de la Carta de las Naciones Unidas, legalizando una acción militar contra la RDPC. Ello indica que la "resolución" constituye un preludio para la provocación de la segunda guerra coreana.
Es una lógica bandolerista exigir que los lanzamientos de misiles realizados por EEUU y Japón sean legales, mientras que los lanzamientos de prueba de misiles hechos por la RDPC para defenderse sean declarados ilegales.
Cualquier prueba nuclear o de misiles aprobada por EEUU recibe la plena aquiescencia y no se somete a discusión en las Naciones Unidas.
Ésta es hoy la realidad.
Los EEUU se han burlado de los esfuerzos sinceros y de corazón hechos por la RDPC para llevar a cabo la desnuclearización de la Península coreana de manera pacífica, a través del diálogo y de las negociaciones. Sin embargo, los EEUU afirman ahora que no castigarán a la RDPC si ésta accede a entrar en las conversaciones multilaterales, pero que la castigarán si no lo hace. Éste es un gran sofisma que nunca podrá ser justificado.
Sólo los fuertes pueden defender la justicia en el mundo, cuando hoy prevalece la ley de selva.
Ni las Naciones Unidas ni ningún otro pueden protegernos.
La historia pasada y la realidad presente demuestran que sólo un país con una fuerza poderosa puede defender la dignidad nacional y su soberanía e independencia.
Pensar que el anterior principio va a cambiar gracias al cambio del mundo es soñar despiertos.
Ya hemos explicado que nosotros no tendremos más opción que emprender acciones físicas más contundentes, si alguien intenta aprovecharse de los lanzamientos de prueba de misiles, realizados por nuestro ejército para la defensa propia, con el fin de presionarnos y amenazarnos.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de la RDPC se ve obligado a clarificar lo siguiente, a la vista de la grave situación existente en la península:
Primero, nuestra República denuncia vehementemente y rechaza de manera rotunda la "resolución" del Consejo de Seguridad de la ONU, un producto de la política estadounidense hostil hacia la RDPC, y no se sentirá vinculada a dicha resolución en lo más mínimo.
Segundo, nuestra República mantendrá su fuerza disuasoria de guerra para la autodefensa, por todos los medios y métodos, ahora que la situación ha alcanzado la peor fase debido al acto sumamente hostil de los EEUU.
Defenderemos firmemente nuestro propio camino, la ideología y el sistema escogido por nuestro pueblo, y seremos fieles a la política Songun, nuestra arma más preciada.
http://www.workers.org/2006/world/dprk-0727/
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