Nuestra lucha no se trata de una mera elección estrecha entre opciones electorales dentro del actual régimen, sino de apostar por formas de organización económica y espiritual, cualitativamente superiores a la civilización burguesa, donde se garantiza la emancipación del proletariado y la democracia real. Es la lucha popular por la conquista de la civilización socialista, partiendo del estudio científico de las bases materiales que lo posibilitan y con el objetivo último del comunismo.

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19 de marzo de 2008

Raul Valdés Vivó y la pedagogia marxista‏

Palabras del director de la Escuela Superior del Partido Comunista de Cuba "Ñico López" en un importante seminario internacional.

En aras de esclarecer mi pensamiento acudo a diversos guías del quehacer en este oficio maravilloso de la pedagogía.

El famoso educador suizo Pestalozzi, a mediados del siglo XVIII, predicaba que la mejor pedagogía infantil, no era hablarle AL NIÑO, sino hablar CON EL NIÑO:

Partía de la definición más exacta del concepto reflexión, que significa enseñar a pensar..

Concepto que las Reflexiones del compañero Fidel cumplen a plenitud. Claro que añadiendo los cubanos que ellas también enseñan a sentir. Cada trabajo periodístico del eterno guía de la Revolución cubana despierta entendimientos y sentimientos. Y Raúl, su continuador, forjado a su lado en los combates que van desde el Moncada a hoy, a quien él inculcó las ideas del socialismo y el sentido que la unidad todo lo puede, asume las tareas dirigentes de su maestro con la convocatoria a todo el Partido y el pueblo a multiplicar la comprensión de los problemas, para entre todos hallarles las mejores soluciones, y a multiplicar el sentimiento de la dignidad, el patriotismo, y la solidaridad en cada familia, cada lugar del país y por encima de las fronteras. En fin, Raúl convoca a fortalecer el desarrollo de nuestro socialismo, bajo el bloqueo genocida y la hostilidad del imperio más poderoso y cínico de la historia.

Fidel y Raúl ejercen su magisterio que hace más revolucionarios a los militantes y al pueblo del que provienen, por afianzar sus convicciones en maestros como Martí, a su vez discípulo de Bolívar, y en los geniales pensadores que dieron a los trabajadores del planeta entero su misión histórica de enterradores del capitalismo y destructores del imperialismo, Marx, Engels y Lenin. Ellos prestaban el máximo de atención a la pedagogía de la lucha por una sociedad más justa y humana. Y los cubanos nos inspiramos en precursores como el presbítero Félix Varela, alzado contra la enseñanza escolática, y su continuador José de la Luz y Caballero el primero que nos enseñó en pensar.

Bolívar definió su causa suprema como la unión de la moral y las luces. Martí sintetizó que ser culto es el único modo de ser libre. Marx y Engels enriquecieron y practicaron el método dialéctico, consistente en descubrir las contradicciones que permiten el desarrollo en la naturaleza, la sociedad y el pensamiento humano. Al demandar la investigación científica del imperialismo -y ello es válido para el socialismo- Lenin apelaba a tomar no hechos aislados, sino todo el conjunto de hechos que atañen al problema que se examina, sin una sola excepción.

La exigencia de Lenin se corresponde con la distinción clave, que preside nuestra docencia, entre principios y tesis o medios de lucha. Entre lo general y lo particular, única manera en que existe lo general.

El gran pedagogo marxista-leninista que fue Antonio Gramsci, insistía en la hegemonía cultural como la que inclinaba el fiel de la balanza en la lucha de clases antagónicas.

En los pueblos de Nuestra América Mariátegui concebía el socialismo como creación heroica de las masas, mientras Simón Rodríguez las llamaba a crear, no a imitar

Y Rosa Luxemburgo, que compartía la formación del Partido obrero revolucionario alemán bajo el terror que acabó en su asesinato, con impartir clases en las Escuelas de cuadros desde donde este surgía, con su lenguaje de fuego proclamó: El socialismo no es, precisamente, un problema de cuchillo y tenedor, sino un movimiento de cultura, una grande y poderosa concepción del mundo. (Esa cita aparece en un artículo mío sobre Rodríguez, que inspira a Chávez, publicado en Cuba Socialista, número 24 de 2002).

Todas esas extraordinarias personalidades confluyen en la ideología de la Revolución cubana y su fuerza dirigente con sus Escuelas. Por consiguiente nos basamos en tres criterios.

  1. El contenido de la enseñanza partidista es la línea del Partido, su sustento teórico, el fortalecimiento de los valores y convicciones que defendemos y el desarrollo de habilidades políticas necesarias en la lucha.
  2. Todos nuestros cursos deben contribuir a una cultura política de creciente integralidad en cuadros y otros revolucionarios. Ahora mismo enfatizamos la adquisición de una conciencia económica todavía débil en nuestro pueblo, centrada en el ahorro y la eficiencia.
  3. El propósito estratégico de llevar a másters, especialistas y doctores a los miembros del claustro general de todo el sistema de estudios partidistas, es el PROFESOR INTEGRAL, capaz de empeñarse con mejores resultados en esa enseñanza más integral.

Las Escuelas no solo están en el Partido y existen para el Partido, sino que son del Partido, expresión teórica y, por tanto, práctica de la experimentada y gloriosa vanguardia del pueblo y su Estado socialista y sociedad civil socialista.

Por eso, se empeñan para superar la pedagogía en que el profesor habla al estudiante, para hablar con el estudiante. Y a la inversa. Y para esto hace ya más de un año que llevamos a cabo el ENFOQUE ÑICO LÓPEZ, con modestos resultados alentadores.

Ese enfoque realmente novedoso reafirma el contenido democrático de la enseñanza en el socialismo, sin hacer concesiones en la defensa de los ideales revolucionarios.

El paso inicial de este enfoque es que el educador y el educando hablen el mismo lenguaje, ajustado al tema que ambos se proponen analizar de la manera más activa, lo que significa descubrir y dominar los conceptos fundamentales de cada tema, antes de encontrarse en el aula. Como ya sabemos bien, el concepto es lo que hace que una cosa sea ella y no otra, y no existe al margen de la realidad, sino la sintetiza. Sin vincularse a datos y hechos es palabrería. Esto exige bibliografía cada día de más calidad.

Es decir, desde la esencia de las cosas, vistas en perpetuo movimiento, concebimos el estudio individual previo a la clase. En términos pedagógicos significa aplicar el autodidactismo, que practica el que se instruye a sí mismo. Su noción fue acuñada en el siglo XII por el filósofo y médico español de origen árabe Abentofail, que escribió la obra El filósofo autodidacto, en la cual estudia cómo es posible que el hombre en completa soledad pueda alcanzar la unión con Dios mediante el entendimiento.

El método pedagógico ahora vigente entre nosotros, ha sido llamado Enfoque Ñico López, no para significar que en nuestro centro surgió como resultado de más de cuatro décadas de docencia partidista, sino que destacadamente aquel joven obrero de muchos oficios y muchas valentías era ejemplar autodidacto. Por ello congeniaba con combatientes que eran fanáticos del libro, como Fidel y el Che, siendo quien los presentó, y como Raúl, que lo definió como incorruptible e intransigente siempre, si se trataba de la causa revolucionaria.

Pero el nuevo enfoque no se limita a ese estudio individual, sino que lo lleva a la discusión en el aula, entre todos los participantes, que, igual que él (o ella), concurren con el conocimiento previo de los conceptos capaces de permitir una comprensión más clara y profunda del tema. Todos hablando el mismo lenguaje conceptual. Y todos obligados a opinar y a escuchar otras opiniones, abiertos a convencer a otros o ser convencidos. Y en ese intercambio, que puede ser polémico, pues cada uno piensa con su propia cabeza y con la libertad que solo puede dar el socialismo, el maestro es el primero entre iguales, por basar sus análisis en una clara comprensión de la línea general del Partido, una cultura más amplia y profunda y en el sentido del momento histórico, como enseña Fidel. No viene nuestro profesor a recitar verdades de un libro, sino a participar en una sincera y honesta discusión para entre todos elaborar el nuevo conocimiento, objetivo final que perseguimos.

Si aquel filósofo de la Granada ocupada cinco siglos por los árabes, pretendía que el individuo aislado se uniera espiritualmente con su Dios, nuestro enfoque busca que cada revolucionario que acude a la docencia partidista, a la luz indispensable de la teoría, se una con la práctica, criterio de la verdad para Lenin a fin de transformar la realidad.

Con el año de aplicación del nuevo Enfoque, hemos comprobado en la Escuela Superior y las filiales universitarias suyas que son las Escuelas Provinciales, que este método facilita aprender más y fortalecer la capacidad de todos para librar la batalla de las ideas.. También hemos apreciado que no siempre lo aplicamos a plenitud y que no debíamos vacilar en dejar para cursos posteriores, hasta que efectivamente el estudiante aprenda por sí mismo antes de acudir a clases, a los que no actúen como autodidactas. Una combinación posible es dividir el curso en temas y que un día se dedique al estudio individual, dentro del aula, y sea en el siguiente que se haga la clase participativa.

Otro aspecto del Enfoque Ñico López, en el que apenas comenzamos, luchando contra la rutina, sin desechar métodos como las conferencias para determinados temas, es la vinculación ininterrumpida de cada estudiante con la Escuela del Partido que haya cursado, para una actualización permanente. Esto demanda dos elementos. El primero es el uso de los correos electrónicos, como ya se ha acordado con la dirección nacional de los Joven-Club, y el empleo de medios a disposición de muchos de los estudiantes. Y el segundo elemento, es determinar, buscando la fecha más conveniente, y antes de finalizar cada curso, encuentros periódicos más breves.

Si el curso se impartió en la Escuela Superior, ese encuentro puede hacerse en las Escuelas Provinciales, y en las aulas de las Escuelas Municipales de haberse dado en una Escuela Provincial. Lo importante es nunca dejar de estudiar y hacerlo combinando el estudio individual autodidacta con el debate colectivo en el aula.

Es una exigencia de los cambios que se suceden en todas las esferas y todos los sitios.

En este momento estamos fundamentando el equivalente del Enfoque Ñico López en el terreno de la investigación para la docencia partidista, sin la cual ella quedaría encerrada en los libros, que son indispensables, pero solo como medios para interpretar la realidad y poder transformarla. Se trata de una investigación, que estamos confeccionando, para someter a su convalidación por el MES, con la asesoría de investigadores prestigiosos como Juan Luis Martín y Nicanor León Cotayo, y que llevarán a cabo todas las profesoras y todos los profesores de nuestro sistema de Escuelas, con una idea que debemos exhaustivamente demostrar a enunciar del modo siguiente: Tenemos un pueblo nuevo socialista. En dicha investigación nacional se observan al menos cuatro momentos: Origen, Desarrollo, Problemas y Perspectivas.

En la medida de que avancemos en cada municipio y provincia se llevarán a nuestra enseñanza las conclusiones de esta investigación, en estrecho contacto con la respectiva dirección del Partido, que informará de las medidas más efectivas para acrecentar en nuestro pueblo sus aspectos fuertes y disminuir los débiles.

El pueblo nuevo socialista cubano es vivero del hombre nuevo que predicó con su arte pedagógico tan esclarecedor, y escribió con su propia sangre Ernesto Che Guevara. De su seno emerge el capital humano que une pasión revolucionaria y concepción científica. Lo encarnan nuestros Cinco Héroes y el ejército de médicos y maestros, seguidores de nuestros combatientes internacionalistas.

Para una labor tan ingente de indagación creadora, contamos con una inmensa masa de investigadores. Nuestros profesores a todos los niveles y, en particular, los profesores activistas voluntarios de las Escuelas Municipales. Son más de 23 mil. Y comenzaremos por que ellos mismos y sus decenas de miles de estudiantes en conjunto, antes de volcarse al trabajo de campo en los espacios que se orienten, revelen los datos acerca de sus propias familias, en el pasado y ahora, y su desarrollo cultural y social personal.

Las trayectorias humanas de educadores y educandos, como en otros sistemas de enseñanza del país, en no pocos casos van, desde el analfabetismo de sus padres al triunfar la Revolución, hasta ahora en que cientos de ellos culminan estudios y optan por maestrías, especialización y doctorados, junto a prometedores cuadros profesionales del Partido y las organizaciones de masas.

La cultura integral exige conocer a pensadores de otras ideologías, sin someternos a sus dictados. No debemos nunca olvidar el consejo de Lenin, válido para todas las esferas, aunque se refirió a la Economía Política, y también a la pedagogía, que no puede ser memorística ni fraccionada, como sustenta la burguesía. Tampoco dogmática o mecanicista, como a veces se practica en supuesta defensa de nuestra teoría.

Lenin escribió: Los profesores de Economía Política no son, en general, más que comisionados eruditos de la clase de los capitalistas (…) cuando se trata de la teoría general de la Economía Política, no se les puede creer ni una sola palabra de lo que dicen; ahora bien, cuando presentan obras en la esfera de las investigaciones fácticas, especiales, es misión de los marxistas saber asimilar y reelaborar las adquisiciones de esos comisionados (no darán ustedes, por ejemplo, ni un paso en el estudio de los nuevos fenómenos económicos sin recurrir a los trabajos de esos comisionados) y saber rechazar de plano su tendencia reaccionaria, saber seguir una pauta propia y luchar contra toda la tendencia de las fuerzas y clases enemigas nuestras. (O.C., t. 18, p.381)

Estos son tiempos en que el enemigo, para dividir, busca confundir. Sus crisis y el avance de los ideales socialistas en Asia y Nuestra América los lleva a métodos fascistas y agresiones por doquier.

El alerta de Simón Rodríguez, molde pedagógico de Bolívar, rige desde los niños, a los que se refirió en este caso, hasta todos los demás estudiantes y, por supuesto, es un alerta válido más que nadie para los cuadros revolucionarios. Su lenguaje de vivos colores es muy de los venezolanos:

¡Enseñen a los niños a ser preguntones! para que, pidiendo el porqué, de lo que se les mande hacer, se acostumbren a obedecer (…) ¡a la RAZÓN!, no a la AUTORIDAD, como los LIMITADOS ni a la COSTUMBRE, como los ESTÚPIDOS. (Simón Rodríguez, Obras Completas, Editadas en Caracas, t II, p. 27)

Vivimos tiempos de máximo peligro, pero también de máxima esperanza, y nuestras Escuelas cumplirán su modesto pero necesario papel, en la medida en que fortalezcan su Pedagogía de esencia socialista, con el lema grato a Marx de uno para todos y todos para uno.

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