Nuestra lucha no se trata de una mera elección estrecha entre opciones electorales dentro del actual régimen, sino de apostar por formas de organización económica y espiritual, cualitativamente superiores a la civilización burguesa, donde se garantiza la emancipación del proletariado y la democracia real. Es la lucha popular por la conquista de la civilización socialista, partiendo del estudio científico de las bases materiales que lo posibilitan y con el objetivo último del comunismo.

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30 de noviembre de 2010

Primeras valoraciones del Presidente del PCRM, V. Voronin: al Partido Comunista le han robado cuando meno el 10% de los votos.

Pcrm.md

Traducido del ruso por Josafat S. Comín


Estimados amigos,

En primer lugar quisiera dar las gracias a nuestros electores. Agradecer a todos aquellos que en esta lucha tan caldeada, dieron su voto por la justicia, la independencia y la victoria de Moldavia. Les estoy muy agradecido, a todos aquellos que no se han dejado amedrentar, que no han agachado la cabeza, que no se han desesperado, que han creído en la posibilidad de unirse y vencer. Los resultados de hoy, son por supuesto una victoria. Y no se trata solo de que el resto de partidos solo pueda soñar con un resultado como el nuestro, en las encuestas a pie de urna. Lo importante es que los comunistas, a pesar de la represión, la intimidación, irregularidades, falsificaciones y trucos electorales, siguen siendo la organización más potente, más organizada y la única fuerza capaz de enfrentar las transformaciones socio-económicas en el país. Y esto significa que Moldavia sigue teniendo la posibilidad de abandonar el camino de la degradación y autodestrucción.

No quisiera ahora tener que enumerar el interminable listado de flagrantes violaciones, y por qué no decirlo, crímenes, cometidos ayer por el gobierno. Votación múltiple, listas increíblemente infladas, colegios electorales en el extranjero manipulados; es algo que todos hemos podido ver. Solo puedo decir, que por ejemplo, tuvimos ayer que parar nuestro recuento paralelo cuando íbamos por el 30%, ya que la información que iba entrando, que se basaba en las copias de los protocolos de los colegios electorales, no se correspondía en absoluto ni con las cifras de participación, ni con los indicadores de los partidos. Es la primera vez que nos encontramos con un volumen tal de negligencia e incompetencia en la presentación de documentos tan importantes. En general no alcanzamos a comprender, cómo actas como esas hayan podido ser aceptadas por las oficinas electorales locales, cómo los resultados que allí aparecían han podido ser aceptados y contabilizados por el Comité Electoral Central (CEC).

Según nuestros cálculos preliminares, como resultado de todas estas manipulaciones y trucos, al PCRM le han robado, tirando por lo bajo, hasta un 10%. A los organizadores del 7 de abril de 2009, les hubiera bastado seguramente una centésima parte de todo esto para encontrar justificación moral a sus actos. Pero como sabemos ellos no se encontraron con nada similar. En cualquier caso, no vamos a ser meros copartícipes silenciosos de este saqueo político. Vamos a defender hasta el final la elección de nuestro pueblo, los principios democráticos y los patrones de la voluntad popular.

Al mismo tiempo, el Partido Comunista entiende que en las actuales circunstancias la prioridad debe ser el cumplimiento de sus obligaciones contraídas en la campaña, entre las que destaca la tarea de consolidar la sociedad, de unir a las fuerzas políticas, capaces de superar la desunión por motivos étnicos, dispuestas a abordar la ejecución del nuevo plan de modernización de Moldavia.

El Partido Comunista está dispuesto a asumir el gobierno, el Partido Comunista está dispuesto a dialogar para alcanzar una mayoría parlamentaria anticrísis y formar un gobierno de coalición nacional.

Debo remarcar que no nos fijamos como meta el simple reparto de cargos y carteras. Al igual que a la mayoría de ciudadanos de nuestro país, nos preocupan los valores y principios fundamentales. Repito los más importantes: la independencia de la República de Moldavia, la justicia social, las libertades europeas, y un nuevo nivel en la alianza estratégica con Rusia. Ya hemos comenzado el diálogo. Y estoy convencido de que los ciudadanos de nuestro país respaldaran este curso de desarrollo de Moldavia. Este “año negro” para Moldavia no debe repetirse. Y mucho menos derivar en cuatro años de caos, traición y burla sobre el país y sus gentes. Debemos comenzar el nuevo año con optimismo, con fe en nuestras fuerzas, con la completa seguridad de que en estas pasadas elecciones, le pese a quién le pese, Moldavia ha elegido la Victoria.

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