Nuestra lucha no se trata de una mera elección estrecha entre opciones electorales dentro del actual régimen, sino de apostar por formas de organización económica y espiritual, cualitativamente superiores a la civilización burguesa, donde se garantiza la emancipación del proletariado y la democracia real. Es la lucha popular por la conquista de la civilización socialista, partiendo del estudio científico de las bases materiales que lo posibilitan y con el objetivo último del comunismo.

[Automatic translation: EN]
[Traduction automatique: FR]

7 de noviembre de 2008

El Socialismo ignora las brutales crisis económicas del imperialismo‏

La Unión Soviética se salvó del crack de 1929 Por Esteban Pedraza (editado por IT)

El 7 de noviembre se cumplen 91 años del triunfo de la Revolución de Octubre, acontecimiento que marcó al siglo XX con la fuerza revolucionaria de la clase obrera, y aún ilumina con sus enseñanzas el devenir del presente siglo.

Mucho se ha escrito para negar su legado y desfigurar sus profundas raíces transformadoras, que adquieren una actualidad implacable frente a la barbarie capitalista, que sólo prioriza la tasa de ganancia a costa de lo que sea.

Por ello el futuro socialista que anunció la Revolución de Octubre se agiganta ante el capitalismo que se reproduce constantemente como un sistema depredador de la condición humana.

Generando crisis que pagan los pueblos del mundo con miseria, explotación, enfermedades, guerras…etc.; donde los derechos humanos y la libertad solo existen para los ricos y en los discursos de sus políticos.

No es casual que los escribientes al servicio del capitalismo omitan los logros del socialismo en Rusia frente a la crisis capitalista de 1929.

En los dos años siguientes Estados Unidos y Alemania perdieron un tercio de su industria. El desempleo llegó al 27% en Estados Unidos, 22% en Gran Bretaña, 44% en Alemania.

El comercio mundial disminuyó un 40%. Hubo un solo país que se salvó de la catástrofe: la Unión Soviética. Entre 1929 y 1940 la producción industrial se triplicó.

Su participación en la producción mundial de productos manufacturados pasó del 5% en 1929 al 18% en 1938. No hubo un solo desempleado.

En 1925 la URSS ocupaba el lugar número 11 en la producción de energía eléctrica. En 1935 subió al tercer lugar.

En la extracción de carbón pasó del décimo lugar al cuarto. En la producción de acero, del sexto al tercero. Los economistas burgueses no salían de su asombro.

En general se toma como paradigma el ejemplo del New Deal de Roosevelt en EEUU, que en realidad fue el salvataje de los grandes bancos y monopolios, y se esconde que la Rusia socialista no experimentó las miserias y penurias del resto de los países, gracias a que había expropiado los medios de producción de capitalistas y terratenientes para ponerlos al servicio de toda la sociedad como propiedad colectiva.

Por eso en pocos años Rusia había superado su atraso, erradicando el hambre, la miseria y el analfabetismo, convirtiéndose en un verdadero anticipo de lo podría ser el socialismo no sólo en un solo país sino a escala mundial.

Etiquetas: