Nuestra lucha no se trata de una mera elección estrecha entre opciones electorales dentro del actual régimen, sino de apostar por formas de organización económica y espiritual, cualitativamente superiores a la civilización burguesa, donde se garantiza la emancipación del proletariado y la democracia real. Es la lucha popular por la conquista de la civilización socialista, partiendo del estudio científico de las bases materiales que lo posibilitan y con el objetivo último del comunismo.

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14 de julio de 2011

La crisis y la agresividad imperialista. Contra el imperialismo francés. Contribución teórica de los comunistas mexicanos

Diego Torres
Secretario de Relaciones Internacionales del Partido Comunista de México
La crisis y la agresividad imperialista
Nuestra perspectiva antiimperialista no puede concentrarse en un solo centro imperialista sino que debe prestar atención al comportamiento de todos ellos.

Estamos plenamente conscientes de la redoblada actividad militar de los Estados Unidos, por ejemplo, la apertura de nuevas bases militares, la reactivación de la V flota, la permanencia de sus tropas en Irak y Afganistán, los constantes bombardeos y operaciones en Pakistán, la intervención en Libia, las práctica de guerra cibernética contra Irán, el refuerzo de su flota de aviones no tripulados, la modernización de sus armas de fuego, el creciente despliegue de su marina en la península Coreana y los estrechos de Adén y Ormuz, las operaciones abiertas y encubiertas en Medio Oriente, África y América Latina, etc.


Sin embargo, a pesar de lo anterior, jamás hemos considerado la tesis del llamado “Imperio”. Esto es, la idea de identificar al imperialismo con un solo centro y pensar que bajo la tutela de éste desaparecen todas las contradicciones entre los diferentes monopolios, entre sus diferentes estados nacionales y que viene a ser sustituido por un capital “armonioso”, sin contradicciones internas, sin fisuras.

La formación de los gigantescos grupos financieros no desaparece la competencia capitalista, todo lo contrario, la lleva a una escala inimaginablemente mayor. Los monopolios, como cualquier capital, requieren para su existencia misma la transformación constante del dinero en capital, requieren de la acumulación. En la estructura económica del mundo actual es difícil que un monopolio expanda su producción, o se expanda a otra rama de la producción o a otro mercado sin afectar a otro. Los monopolios luchan entre sí para controlar los recursos, las materias primas, los mercados, los flujos de mercancías y capitales, las políticas monetarias internacionales, etc. En esta competencia utilizarán todo el poder social a su disposición para asegurarse condiciones ventajosas para sí.

La ley del desarrollo desigual lleva inevitablemente a cambios en la correlación de fuerza, a cambios en el poder del cual dispone cada monopolio, cada grupo de estos, cada Estado que los defiende. Conforme un centro imperialista se debilite y otro se fortalezca se les impone la necesidad de alterar acuerdos, pactos y alianzas, se observarán disputas y rupturas. Estas contradicciones por supuesto que incluyen la posibilidad de guerras, sea contra otros pueblos para imponerles su particular influencia o sea entre los propios centros imperialistas.


En el marco de la crisis los cambios en la correlación de fuerzas entre los diversos centros imperialistas, que llevan a reacomodos en el mercado y en la pirámide imperialista, adquieren un carácter especialmente peligroso. La competencia por mercados, especialmente de materia prima, se reflejan en el refuerzo de la exportación de capital a ciertas regiones a costa de otros centros imperialistas, en desavenencias diplomáticas, y en intervenciones militares.

Otro reflejo de esto es que la crisis ha obligado a los Estados a entregar enormes sumas de dinero para el salvamento de sus propios monopolios; por ejemplo en los Estados Unidos, en la Unión Europea, en Brasil, etc. En la medida que esto se impone, junto con medidas bárbaras en su contra, a la clase obrera y los pueblos, así como la extensión con la que se practique en los diferentes países se observarán cambios en la posición ocupada por cada gran empresa. La crisis lleva también a la quiebra a las empresas más débiles que entonces pasan a ser adquiridas en condiciones ventajosas o que se ven empujadas a fusionarse con otra que incrementa de esta manera su capital, lo cual supone a su vez una nueva escala en la contradicción.

En pocas palabras, la crisis que trae el hambre y la miseria también espolea a los centros imperialistas hacia la guerra y la agresión.
El agresivo imperialismo francés y su disputa por África

Es en este marco que hemos estado siguiendo con mucha atención el desarrollo de las intervenciones imperialistas de Francia, que ha demostrado una creciente agresividad. Podemos citar los lugares donde se desarrollan sus operaciones activas o recientemente activas en el extranjero. En la mayoría no solo se ha mantenido sino aumentado la presencia de sus soldados: Bosnia, Kosovo, Líbano, Afganistán, Golfo de Adén, Chad,  República Centroafricana, Costa de Marfil, Golfo de Guinea, Haití, República Democrática del Congo, Sudán, Palestina, Etiopía, y Eritrea. Contando el apoyo aéreo para dichas operaciones se trata del despliegue de más de 13,000 hombres. Si a esto agregáramos las “Fuerzas de soberanía”, es decir los soldados ocupados para mantener el control sobre los territorios de ultramar de Francia tal como la Guyana y la Polinesia, los hombres desplegados por este centro imperialista rebasan los 36,600.

Estas ocupaciones, intervenciones y agresiones se explican por, o más bien son un reflejo de los intereses que crean las inversiones del gran capital. Destacamos especialmente el caso de África donde se han estado desarrollando actividades militares francesas con cada vez mayor frecuencia. Como veremos se trata de un giro brusco para reganar una posición de la cual disfrutaba con anterioridad. Se trata de disputarle a otros centros imperialistas las materias primas y mercados de África, especialmente disputárselas a China.
 "emperador" marioneta francesa Maximiliano fusilado en Queretaro, México

Estos intereses se pueden corroborar con varias figuras.

Por ejemplo, en el 2007 el flujo de capitales de Francia hacia África llegaba a los 39,394 millones de euros, esto coloca a Francia como la mayor emisora de IED en la Unión Europea con el 26% del total. En 2008, con el estallido de la crisis agravándose, estas cifras bajan en términos absolutos a 11,341 millones de euros, sin embargo esto supone un aumento en su participación con respecto a otros países de la UE, ahora esta cifra representa un 61% del total de IED europea en el continente.

Francia también es el mayor receptor en la UE de IED desde África. En 2007 recibió 6,079 millones de euros, el 24% del total que salió hacia Europa. En 2008 recibió 3,092 millones de euros, el 51% hacia Europa.

Es difícil encontrar números duros para comparar la situación. China no reporta todas sus inversiones, y por otro lado muchos países africanos tampoco lo reportan. Pero el drástico fortalecimiento de los lazos económicos de China y Francia se puede ver reflejado por las cifras del comercio.

Entre 2006 y 2008, las exportaciones chinas hacia África se incrementaron de 26.7 miles de millones de dólares hasta 49.8. Las importaciones chinas durante el mismo periodo se duplicaron de 28.8 miles de millones de dólares hasta 56.8.

Por su lado el comercio francés ha aumentado durante el mismo periodo, aunque no al mismo ritmo que el chino, las exportaciones crecieron de 26.3 miles de millones de dólares hasta 38.5. Las importaciones aumentaron de 24.8 miles de millones de dólares hasta 38.8.

Así las cosas ahora, sin embargo al ampliar el panorama entenderemos las preocupaciones de la Francia imperialista. En 1989 Francia retenía más del 30% del total de las acciones en África, desde el 2000 esta participación se ha mantenido alrededor del 5%. La presencia de Francia declinaba mientras las inversiones de China se disparaban.

En los últimos años Francia ha impulsado encuentros, cumbres, reuniones, etc., pujando por recuperar el terreno para sus inversiones, y el terreno en general de la UE para la región. Además de los funcionarios del gobierno francés participan y cabildean de manera regular representantes de Total S.A., Alstom, Compaigne Generale des Etablissments Michelin, Arianespace, PSA Peugot Citroen, Telecom, etc.

Es interesante pasar revista a estas compañías pues coinciden con los sectores donde más importa África. Por otro lado China sobre todas las cosas ha invertido en la principal materia de exportación de África, el Petróleo. Por ejemplo recientemente había firmado acuerdos con Nigeria con un valor de 23 billones de dólares para elevar en 750,000 barriles la producción diaria de combustible refinado.

Estas disputas por el mercado además de ventilarse diplomáticamente son materia para elaboraciones teóricas de ambos contendientes, por ejemplo Francia habla de apoyos e inversiones “democráticas” al tiempo que China habla de expandir el bloque de los BRIC a Sudáfrica como supuestos “contrincantes” del imperialismo EUA-UE. Ahora, con cada vez más frecuencia se ha resuelto esta disputa con intervenciones y provocaciones militares.

Vale la pena agregar que China y Francia no son los únicos intereses en la región. India, Turquía, Brasil están firmando contratos cada vez más ambiciosos. También los Estados Unidos tienen intereses en la región. Se trata de un continente con 1 billón de potenciales consumidores y que cuenta con el 40% de los recursos minerales mundiales. Aún las “ayudas” financieras son hechas con la lógica del capital, no se trata de pura filantropía, se trata de que los países donde existen las materias primas y los recursos cuenten con una infraestructura y una fuerza laboral adecuada para las necesidades del capital.

Históricamente Francia se despojó de las trabas para el desarrollo capitalista con la gran revolución democrático-burguesa. En poco más de un siglo se había desarrollado ya como gran centro imperialista. Basta recordar que hablamos del mismo centro imperialista que exprimía a Argelia y gran parte de África, que impuso por muchos años grilletes al heroico pueblo vietnamita, que castigó con siglos de miseria a Haití, etc. Las mismas fuerzas económicas que llevaron a esos desarrollos continúan existiendo en Francia y tratan de fortalecerse en medio de su crisis.

ver análisis completo en http://www.comunistas-mexicanos.org/index.php?option=com_content&view=article&id=680:la-crisis-que-trae-el-hambre-y-la-miseria-tambien-espolea-a-los-centros-imperialistas-hacia-la-guerra-y-la-agresion&catid=1

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