El capitalismo en crisis desata un anticomunismo desenfrenado
»En estos días el imperialismo internacional continúa e intensifica su campaña para distorsionar la gran contribución del socialismo que conocíamos, centrándose en Berlín y en los eventos anticomunistas sobre la caída del Muro. Al mismo tiempo, los gobiernos y los partidos burgueses en conjunto hacen esfuerzos importantes y coordinados para presentar al capitalismo como un sistema eterno, un sistema que asegura la libertad y la democracia y cubre también las necesidades populares.
En este marco, estamos siendo testigos de la intensificación de la histeria anticomunista en Rusia, que fue el lugar de nacimiento de la primera revolución socialista victoriosa, la revolución de Octubre.
El ataque anticomunista es lanzado por quienes hace 20 años caracterizaron a la contrarrevolución como un “acontecimiento histórico y mundial”, por quienes declararon la llegada de una nueva era de paz, seguridad y prosperidad. La experiencia acumulada en este período ha negado tales proclamas, y ha demostrado que su contenido era falso. Recordemos lo que el oportunismo internacional, que aún afirma que el capitalismo puede ser humanizado, solía decir en ese período.
En estos 20 años se han construido muchos muros contra los pueblos. La intensificación de la explotación, las guerras injustas, la crisis económica capitalista, la restricción de derechos básicos, el paro, la pobreza, la difusión de las drogas y el crimen, las oleadas de inmigración, la muerte de millones de personas de sed y enfermedades, son el resultado de la máquina capitalista cuyo dios es el beneficio y no las necesidades humanas. Es una gran mentira decir que la caída del Muro de Berlín, la contrarrevolución, unió al pueblo de Europa y trajo la libertad. La única libertad que trajo fue la de las imperialistas UE y OTAN, y la de todas las organizaciones capitalistas para el ataque a los intereses obreros y populares desde mejores posiciones, la libertad de aprobar leyes antiterroristas y proteger a las fuerzas represivas.
Se ha confirmado que el socialismo del siglo XX, a pesar de todas las deficiencias y errores cometidos, fue un sistema económico y social superior; se ha confirmado su superioridad al capitalismo. Los derechos de los trabajadores, que en las condiciones capitalistas son sólo una quimera, eran dados por sentados en el socialismo. Me refiero al trabajo estable y permanente para todos, el establecimiento de la jornada diaria en 8 y 7 horas, la educación y sanidad gratuitas para todos, el tiempo libre, la vida decente para los más ancianos, la adquisición de un alto nivel cultural, los grandes logros hechos en un muy corto período de tiempo en las áreas de la ciencia y el arte, la conquista del espacio, etc. Me refiero a la seguridad que la juventud sentía sobre su futuro.
Entre el final de la II Guerra Mundial y 1961 pasaron varios años. En 1961 se construyó el Muro por el poder estatal obrero y miles de trabajadores. Este período de tiempo tiene su propia causa y explicación. Las fronteras entre Berlín Oriental y Occidental (que estaba en territorio de la Alemania Popular, y poca gente es hoy consciente de este dato) cerraron cuando los tanques de la OTAN entraron en el territorio de la Alemania popular y se dirigieron hacia el centro de Berlín. Fue entonces cuando el ministro de defensa de Alemania Occidental, Franz Josef Straus, declaró que el pueblo debería prepararse para una guerra civil en Alemania. Fue en ese período cuando la subversión y los sabotajes en la economía de la Alemania Popular se intensificaron. Fue el imperialismo quien impuso la construcción del Muro, el conflicto entre el capitalismo y el socialismo.
El socialismo del siglo XX, construido en la URSS y el resto de países de Europa Occidental, no fue una sociedad sin deficiencias, puesto que las decisiones estratégicas erróneas, especialmente en los 50 y los 60, supusieron consecuencias destructivas para el poder estatal obrero.
En su XVIII Congreso, el KKE ha estudiado estos errores y ha enfocado la crítica al objetivo de contribuir al fortalecimiento ideológico del movimiento comunista y a la mejora de su lucha actual. Al mismo tiempo, no se somete a la burguesía que exige que el KKE abandone la defensa de los logros históricos del socialismo, no “tira todo por la borda”, como hacen los oportunistas.
Llamamos a la clase obrera a que busque la verdad sobre el socialismo y rechace la propaganda anticomunista que identifica socialismo con fascismo y tiene como objetivo evitar que la gente saque conclusiones ciertas. Llamamos a la clase obrera a que luche junto con los comunistas y los sectores populares en pueblos y ciudades; a que luche por esto que hace temblar a los capitalistas, que hace que los comunistas sean enjuiciados y les prohíbe la acción en varios países, a abrir el camino hacia la economía y el poder popular.
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