Nuestra lucha no se trata de una mera elección estrecha entre opciones electorales dentro del actual régimen, sino de apostar por formas de organización económica y espiritual, cualitativamente superiores a la civilización burguesa, donde se garantiza la emancipación del proletariado y la democracia real. Es la lucha popular por la conquista de la civilización socialista, partiendo del estudio científico de las bases materiales que lo posibilitan y con el objetivo último del comunismo.

[Automatic translation: EN]
[Traduction automatique: FR]

15 de diciembre de 2009

CAMBIO CLIMÁTICO GLOBAL ¿Qué pasará en la Cumbre de Copenhague?


Comunistas daneses en la marcha de Copenague afirmando que sólo el socialismo salvará a la Madre Naturaleza



En diciembre se realizará en Copenhague, la XV Conferencia de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC). Representantes de 192 países intentarán llegar a un acuerdo sobre cómo aportar para mitigar la contaminación responsable del cambio climático, como así también a desarrollar estrategias para la utilización de tecnología en la producción que no continúe afectando la capa de ozono y destruyendo el medio ambiente.

Desde el advenimiento de la Revolución Industrial y el establecimiento del sistema de producción capitalista a escala planetaria, el desarrollo tecnológico y su utilización irresponsable ha influido sobre el medio ambiente de manera destructiva. Para obtener cada vez más ganancias, las empresas producen bienes sin reparar en las consecuencias negativas sobre la naturaleza.
Los países desarrollados, en especial la primera potencia mundial, Estados Unidos, son los mayores responsables de la emisión de dióxido de carbono (CO2) causante de recalentamiento del planeta y del “efecto invernadero”, que acarrea desastres naturales como los que en estos últimos tiempos. Así, con el afán de producir cada vez más, generando una cultura de consumo desmedido y de bienes suntuosos, las empresas talan los montes y bosques de manera indiscriminada, contaminan los ríos con desechos tóxicos, emiten gases contaminantes que dañan la atmósfera, etc. Como resultado, el planeta ha aumentado su temperatura en 0,8º C.
En la Primera Conferencia, en 1972, en Estocolmo, Suecia, los países que la integraron se plantearon metas que hasta la firma del Protocolo de Kyoto fueron incumplidas, fundamentalmente por los países más ricos. En 1997 en Kyoto, Japón, Estados Unidos, a través de sus corporaciones y miembros del Congreso –que mantienen relaciones con los negocios de las grandes empresas- se negaron a comprometerse con el Protocolo. La razón es que el compromiso requiere de un importante desembolso de dinero para paliar el daño ya cometido y frenar el deterioro futuro. Las petroleras y automotrices se vieron afectadas por las restricciones que intentaba aplicarles el Protocolo, por lo que se negaron a cumplimentarlo. En esa oportunidad el compromiso asumido alcanzó al 5% en la reducción de emisiones de dióxido de carbono para 2008-2012, porcentaje que se había planteado alcanzar en el período 1972-1990. Sumado a ello, los países desarrollados debían transferir importantes sumas de dinero a los países pobres para que estos pudieran adaptarse a las consecuencias del cambio climático. Según un informe de la BBC, en la Declaración de Bonn de 2001 los países ricos acordaron dar 410 millones de dólares al año a las naciones en subdesarrolladas, para lo que se crearon dos fondos especiales de Naciones Unidas (ONU). Sólo se han pagado 260 millones de dólares.
Hoy, a poco de realizarse la Convención en Copenhague, la perspectiva no es más positiva que en Kyoto, ya que aún no está claro qué posición asumirá Estados Unidos; quien definirá si esa nación asume o no un compromiso hacia una reducción del deterioro de la naturaleza será su Congreso. Más aún, si se considera el nuevo escenario planteado en el que ya no está sólo en manos de los países industrializados la posibilidad de reducir la emisión de gases contaminantes, sino que los países “en vías de desarrollo” – concepto que debe suplantarse por “subdesarrollados” o dependientes- deben asumir también fuertes compromisos sin esperar la acción de las grandes potencias.
En ese sentido están desarrollándose las conversaciones en pos de un acuerdo global en Copenhague, que ya han obtenido declaraciones positivas de Australia, la UE, Japón, Nueva Zelanda y China, pero exigiendo a Estados Unidos un compromiso también.
Frente a este panorama cabe rescatar la actitud frente a estos temas de una nación como Cuba, pequeña, con bajos recursos naturales y bloqueada por Estados Unidos, que emprendió exitosamente su revolución energética, con la cual suplantó todas las lámparas incandescentes por las de bajo consumo, y los aparatos electrodomésticos viejos por unos nuevos. Una campaña que se estableció con la participación de toda la sociedad y que es un ejemplo a seguir en el mundo y en otros temas relacionados con el medio ambiente.
CLARA MONTES

De la web del Partido de la Liberación de Argentina www.pl.org.ar


Etiquetas: