China, el gigante se despertó y los imperios tiemblan

Desde el año 1949, cada 1° de octubre es una fecha que no deja  indiferente a casi nadie en el mundo. 

Y eso es válido sobre todo para los dirigentes  del  imperialismo  yanqui  y demás  países  capitalistas industrializados, pues esta fecha marca el día en el cual el líder máximo de la revolución china, Mao Zedong, declaraba el nacimiento de la República  Popular  China  bajo  la dirección única del Partid Comunista Chino  (PCCH).  Una  revolución  que abrazó,  entonces,  desde  el  primer día, el socialismo y que a través de los años supo desarrollar características propias. Éstas fueron de tal envergadura, que llevaron a China a enfrentarse en el plano ideológico  y político a la ex URSS. Este cambio en el escenario mundial, marcó una división bastante significativa en el seno del movimiento comunista mundial.  Y luego de sólo de dos décadas, China se transformé en una potencia mundial. 

Pero  son  los  pueblos  del mundo  llamado  periférico,  los  que sufren la explotación capitalista, que siempre  observan  con  interés  este aniversario.  Son  esos  pueblos  que tratan con sus organizaciones

populares  de  evaluar  no  sólo  la importancia  de  esta  nueva  potencia mundial -la segunda según la mayoría de  los  organismos  internacionales-, sino fundamentalmente el significado de las decisiones adoptadas por los dirigentes chinos luego de la muerte de Mao y luego bajo el liderazgo de Deng  Xiaoping,  un  adversario  de aquél. En efecto, el gran salto chino como potencia económica mundial ha suscitado  serios debates acerca del carácter socialista o no de la revolución china debido a la adopción de medidas consideradas propias del “capitalismo”.  Estas  permitieron  en los últimos años el surgimiento de una clase  de  ricos  en  China.  Dirigentes chinos han reconocido este hecho, y aclaran que hace falta que el proceso corrija errores para un mayor equilibrio. 

Pero nadie puede negar que desde 1978 en adelante, la reforma y apertura de la economía permitieron a 

China cuadriplicar el producto bruto y los  ingresos  de  los  1.360 millones de chinos.  En los últimos diez años ha sacado  de  la  pobreza  a 150 millones de sus ciudadanos, cumpliendo uno  de  los  Objetivos  del 

Milenio  de  la  ONU.  Éxito que ningún país capitalista es capaz  de exhibir,  más aún luego de la espantosa crisis que les afecta desde 2 0 0 8 . Lo  que  está sucediendo  en  EE.UU.  y en  varios  países  europeos,  en  la llamada  zona  euro,  expresan  la profundización de una crisis económica que devora a millones de sus  habitantes  y  está  lejos  de  ser resuelta.

Por  todo  ello  no  se  puede descartar que EE UU, una potencia en  decadencia,  busque  cercar  y 

eventualmente agredir a China .Cuestión de suma  importancia,  al igual  que  el  tema  del  equilibrio económico  entre  los  chinos,  que seguramente tratará el Partido Comunista Chino el 8 de noviembre en  su XVIII Congreso partidario. El mundo  observará  con  atención  lo que  allí  sucederá  porque  existen 

debates en el PCCH. Todo indica que se mantendrá el rumbo, puesto que el sucesor del presidente y

Secretario General del PCCh en los últimos diez años Hu Jintao, será Xi Jinping. Se  lo considera  un  cuadro partidario  de  la  misma  línea  de conducción  económica  y  política, que luchará en contra de la corrupción en el gobierno. El gigante asiático  despertó  y  piensa  seguir avanzando. 

            HENRYBOISROLIN
lo hemos tomado del organo del Partido de la Liberacion (PL) de Argentina  http://www.pl.org.ar/public/pdfs/Liber.%20286.pdf