Nuestra lucha no se trata de una mera elección estrecha entre opciones electorales dentro del actual régimen, sino de apostar por formas de organización económica y espiritual, cualitativamente superiores a la civilización burguesa, donde se garantiza la emancipación del proletariado y la democracia real. Es la lucha popular por la conquista de la civilización socialista, partiendo del estudio científico de las bases materiales que lo posibilitan y con el objetivo último del comunismo.

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21 de octubre de 2009

¿Para qué trampear?


Víctor Kozhemiako

Pravda

Traducido del ruso por Josafat S. Comín

Como ya sabemos, en la sesión matinal de la Duma del 14 de octubre, el grupo parlamentario del PCFR, conjuntamente con dos grupos más(1), abandonó el salón de plenos en señal de protesta por la gravísima violación de la legislación en las pasadas elecciones regionales. Posteriormente, durante todo el día por radio y televisión intervinieron destacados “rusiaunidos” condenando esa decisión.

Lógicamente a nadie le gusta quedarse a solas, y que lo condenasen no puede sorprender a nadie. Pero en el fondo, ¿Cuál fue su reacción?

Lo importante aquí, por decirlo de un modo breve, está en la descarada, vergonzosa y aberrante manipulación del “partido oficialista” en el transcurso de los comicios: introducción de papeletas y su falsificación, el traer gente de fuera para votar, la falsificación de las actas de mesa, expulsión por la fuerza de los interventores y observadores del PCFR, llegando a la violencia física…

Hay una cantidad enorme de hechos similares y perfectamente demostrables, cuando se pudieron detectar las tretas y literalmente pillar a los trileros del brazo. Lean si no el número de ayer de nuestro periódico. Hay decenas de casos recogidos, con las direcciones exactas e incluso con los apellidos.

Pero ¿Qué dijo por ejemplo en relación con esto el “rusiaunido” Volodin, al que no pararon de entrevistar por la tele?

Nada. Con la entonación presuntuosa y arrogante que caracteriza a los “osos” (2). No paró de repetir dos manidos e irrefutables (según lo entienden ellos) “argumentos”. En primer lugar, estamos en crisis, y lo que hace falta es la consolidación de la sociedad, y la oposición la está socavando. En segundo lugar, hay que trabajar, adoptar leyes “en interés de los electores”, y la oposición en lugar de eso, la monta. No quiere ocuparse de lo que le toca y engaña la confianza de la gente.

Esa es su argumentación. ¿Qué le podemos responder?

Sí, crisis. Vale que la consolidación sea deseable. Pero para qué entonces andar trampeando.

Sí, hay que aprobar leyes, y a poder ser buenas. Nada que objetar. ¿Qué sentido tiene entonces falsificar las elecciones?

Rápidamente el eco de lo ocurrido en Moscú llegó hasta Pekín, donde el mismísimo “líder nacional” cabeza oficial del partido de los “rusiaunidos” se puso a comentar lo ocurrido en la pequeña pantalla. Putin señaló filosóficamente que los que pierden las elecciones siempre están descontentos, presupuso la existencia de contradicciones internas en los partidos e hizo un llamamiento a buscar vías de consenso; y en lo que respecta a las violaciones durante las elecciones, recomendó recurrir a los tribunales.

Gracias. Pero yo me pregunto ¿el partido gobernante no ve su culpa por ningún lado? ¿Saca aunque sea alguna conclusión de estos numerosos escándalos? Además, son tantas las irregularidades detectadas, y tan evidentes, que no es necesaria ninguna investigación adicional.

En cualquier caso el partido, sin necesidad de disputas internas, podría castigar ya mismo a muchos de “sus sinvergüenzas”, como dijo en cierta ocasión V.I. Lenin.

Lo podría hacer, pero cómo va a castigar si a juzgar por todo lo visto, es el mismo partido el que ha fijado de salida el camino para el trampeo. Y no es la primera vez. Ya es costumbre arraigada.

Por eso tienen que salirse por las ramas, y hablar de lo que sea, menos del autentico motivo que origina la protesta del PCFR. La principal pregunta aquí, repito, es absolutamente sencilla y clara: ¿Para qué trampear?

Notas del traductor

1. Se refiere a los grupos del PLDR y de “Rusia Justa” que secundaron la iniciativa de los comunistas

2. El oso es el símbolo del partido oficialista “Rusia Unida”

En la edición del 16 de octubre el diario “Gazeta” (que de simpatizar a los comunistas desde luego no se le puede acusar) publicaba los datos de una investigación encargada a un famoso matemático (Serguei Shpilkin) y a dos expertos en análisis de proceso electorales (Buzin y Liubarev), donde se analizó la estadística de los resultados de las elecciones a la Duma de Moscú.

Los datos del estudio son demoledores. Recordemos que oficialmente, solo dos partidos obtuvieron representación “Rusia Unida” con el 66% y 32 escaños y el PCFR con el 13,7% y 3 escaños (aparte de las listas por partidos, también se elige un candidato por circunscripción, lo que explica la diferencia en el número de escaños). Pues bien. Según el estudio que lleva por título “Matemática elemental”, los investigadores determinaron que el porcentaje real de participación fue inflado artificialmente en unos 13 puntos. Con un 22% de asistencia real a las urnas el resultado de la lista de “Rusia Unida” habría sido del 46%, el del PCFR del 21,3%, el del PLDR del 9,8%, “Rusia Justa” obtendría un 8,5%, Yabloko un 7,5% y “Patriotas de Rusia” un 2,9%.

Con estos datos, en la Duma tendrían que haber entrado 5 partidos y no dos. “Rusia Unida” debería tener 10 escaños menos.

Original en ruso

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