Nuestra lucha no se trata de una mera elección estrecha entre opciones electorales dentro del actual régimen, sino de apostar por formas de organización económica y espiritual, cualitativamente superiores a la civilización burguesa, donde se garantiza la emancipación del proletariado y la democracia real. Es la lucha popular por la conquista de la civilización socialista, partiendo del estudio científico de las bases materiales que lo posibilitan y con el objetivo último del comunismo.

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4 de diciembre de 2009

La juventud y la ciencia

La central eléctrica sobre el Dniepr, la mayor del mundo en su época

Stalin con las koljosianas de choque en un congreso en 1932Cosechadoras en el koljoz "Stalin" en el distrito de Salsk, región de Rostov.

En 1928 se alzaban grandiosas tareas de construcción ante el pueblo soviético. Se habían conseguido grandes éxitos en la reconstrucción de la industria, se preparaban las condiciones para el paso decisivo a la colectivización en masa de la agricultura. El problema de los cuadros especialistas adquirió una importancia de primera magnitud.
En primer lugar, en el país había pocos especialistas; en segundo lugar, no todos eran partidarios de la industrialización del país; en tercer lugar, no todos comprendían las nuevas tareas planteadas por el Poder soviético y, en cuarto lugar, muchos de ellos habían envejecido y pasado a la historia.
Había que crear, a toda costa, nuevos especialistas y hombres de ciencia surgidos de las filas de la juventud obrera y campesina, pero en este terreno también se tropezaba con obstáculos; uno de ellos era, entre una gran parte la de Juventud, la incomprensión del papel de la intelectualidad en la sociedad soviética. El 16 de mayo de 1928 J. Stalin abordó este problema ante los delegados al VIII Congreso de la Unión de Juventudes Comunistas de la siguiente manera:

Voluntarios para construir y dirigir la construcción tenemos demasiados, tanto en el terreno de la agricultura como en el de la industria. Pero gentes que sepan construir y dirigir tenemos escandalosamente pocos. Por el contrario, la ignorancia supina entre nosotros en este terreno clama al cielo. Pero es más, entre nosotros hay gentes que están dispuestas a cantar nuestra incultura. Si eres analfabeto o escribes con faltas, y te jactas de tu atraso, entonces eres un obrero de «solera», tienes honores y respetos. Si has salido de la incultura, si aprendiste a leer y a escribir, dominaste la ciencia, entonces eres un extraño, un «apartado» de las masas, dejaste de ser obrero.
Yo pienso que no daremos un paso adelante mientras no desarraiguemos esta barbarie y salvajismo, esta bárbara actitud hacia la ciencia y los hombres cultos. La clase obrera no puede ser el verdadero dueño del país si no sabe desprenderse de la incultura, si no sabe crear su propia intelectualidad, si no domina la ciencia y no es capaz de dirigir la economía sobre la base de la ciencia.
Es necesario comprender, camaradas, que las condiciones de la lucha son hoy otras que en el período de la guerra civil. En los años de la guerra civil se podían tomar las posiciones del enemigo con brío, valentía, arrojo, con cargas de caballería. Ahora, en las condiciones de la construcción económica pacífica, la carga de caballería sólo puede estropear el asunto. La valentía y el arrojo son ahora tan necesarios como antes. Pero con valentía y arrojo solamente no irás muy lejos. Para batir ahora al enemigo hay que saber construir la industria, la agricultura, el transporte, el comercio, hay que renunciar a la actitud altiva y señorial hacia el comercio.
Para construir hay que saber, hay que dominar la ciencia. Y para saber hay que estudiar. Estudiar con tenacidad y perseverancia. Aprender de todos, de los enemigos y de los amigos, especialmente de los enemigos. Aprender con ahínco, sin temer que el enemigo se burle de nosotros, de nuestra ignorancia, de nuestro atraso.
Ante nosotros se alza una fortaleza. Esta fortaleza es la ciencia con sus múltiples ramas del conocimiento. Debemos tomar esta fortaleza cueste lo que cueste. Esta fortaleza debe ser tomada por la juventud si ésta desea ser el constructor de la nueva vida, si desea ser el verdadero relevo de la vieja guardia.
Ahora no podemos limitarnos a la formación de cuadros comunistas en general, cuadros bolcheviques en general, que sepan charlar de todo un poco. El dilettantismo y los sabihondos son ahora grilletes para nosotros. Ahora necesitamos bolcheviques- especialistas en la metalurgia, el textil, el combustible, la química, la agricultura, el transporte, el comercio, la contabilidad, etc., etc. Ahora necesitamos grupos enteros, centenares y miles de nuevos cuadros de bolcheviques que puedan dominar a la perfección las diversas ramas del conocimiento. Sin esto, no se puede hablar siquiera de un ritmo rápido en la construcción socialista en nuestro país. Sin esto, no se puede hablar siquiera de que seremos capaces de alcanzar y sobrepasar a los países capitalistas adelantados.
Dominar la ciencia, forjar nuevos cuadros de bolcheviques especialistas en todas las ramas del conocimiento, estudiar, estudiar, estudiar con la mayor tenacidad, ésta es ahora la tarea.
Una ofensiva de masas de juventud revolucionaria por la ciencia, eso es lo que necesitamos ahora, camaradas.

La juventud soviética cumplió la tarea con honor. Tomó la fortaleza de la ciencia por asalto, dominó las múltiples ramas del conocimiento y, en pocos años, dio al mundo la intelectualidad más numerosa, progresiva y avanzada que impulsa y desarrolla la ciencia, echando por tierra las normas anticuadas y los fetiches que la encadenan en el mundo capitalista.

Stalin, Obras Completas, tomo II
http://www.cervante svirtual. com/servlet/ SirveObras/ litEx/0136165317 9028721533802/ p0000002. htm#I_18_


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1 Comments:

Blogger VOIVODA said...

Tal vez en Rusia tanta educación excelente incubó el huevo de la serpiente. Occidente no debe preocuparse ,aquí los cuervos no te sacarán los ojos.

12:27 p. m.  

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